domingo, 11 de enero de 2009

EL BALONCESTO EN LA PALMA DURANTE LA POSGUERRA

J.J. Rodríguez-Lewis
Señalaba Roberto Estrello en unos primeros apuntes sobre la historia de nuestro baloncesto, publicados en sucesivas entregas en la edición moderna de El Time en 1992, que el baloncesto fue el único deporte que siguió practicándose durante la Guerra Civil en La Palma. No es tarea del presente artículo dar a conocer lo que ocurrió con otros deportes, pero sí que es verdad que durante “la Guerra” (probablemente porque en Canarias apenas puede considerarse que la hubo) se siguió jugando al baloncesto en la isla.

Ya comentábamos en un artículo anterior (16 y 17.10.08) que nuestros primeros campeonatos del entonces “basket-ball” alcanzarían la temporada 1936-37, ya en plena guerra fratricida. Pues bien, tras un breve paréntesis (en realidad la campaña 1937-38), el baloncesto regresó al Parque de Recreo en la temporada 1938-39, con una competición en la que la mayoría de los equipos pioneros habían desaparecido (la contienda bélica mantenía lejos de La Palma a muchos de los precursores), organizándose en torno a los jóvenes estudiantes del Instituto de Segunda Enseñanza de Santa Cruz de La Palma, en aquellos momentos el único de la Isla. Sería el último campeonato de “basket-ball, porque con el nuevo Régimen quedaría prohibido el uso de términos en un idioma distinto del español.

El torneo lo tutelaría la Sección de Deportes del Sindicato Español Universitario (S.E.U.) y participarían los equipos de Tercero, Cuarto, Quinto, Sexto y Séptimo Curso (del Instituto), además del novel España. El triunfo sería para los jóvenes de Sexto Curso, que ganarían todos sus partidos. Séptimo y España compartirían la segunda posición y el aparente “deshonor” de colista se lo llevarían los de Quinto, superados por los de Tercero y Cuarto. Los árbitros más activos durante esa competición serían el veterano De las Casas Cabezas y los debutantes Rodríguez y Ramos.

El quinteto del equipo campeón (aún de delanteros y defensas) estaba formado por Socas, Mariano, Concepción, Díaz y Méndez. Los de Séptimo alineaban a San Gil, el futurible Elirerto Galván, De las Casas, Fernández, Acosta y Pestana y el España, a Rodolfo, Isidoro, Lope, Raúl y Pepe. Cuarto contaba con Santana I y II, Ramos, Tabares y Fernández y Tercero, con Sosvilla, Perera, Barrera, Alejo y Paco. El colista Quinto curso, que encima sorprendía a todos vistiendo un maillot azul, solía formar con León, Aguilera, Caldas, Lugo, Melo y Pérez. Esta competición sería el vivero de donde saldrían los mejores jugadores palmeros de los años cuarenta y, en especial, el exitoso Canarias de Madrid. También habría enfrentamientos de categoría infantil, en la que los equipos solían rescatar las denominaciones primigenias, como las del Arsenal, Terror y Rayo.

El propio S.E.U. organizaría (bajo la pomposa denominación de “gran festival deportivo de basket-ball) a principios de abril de 1939 una serie de partidos en el seno de su propia estructura, entre La Laguna y La Palma (que, por lo demás, ya se habían enfrentado en febrero en Tenerife), quizás los primeros encuentros en los que se iba a cobrar la entrada, a 1 peseta el abono de los tres partidos para las señoras o señoritas y a 3 pesetas, para los caballeros. Las victorias sonreirían al representativo palmero. Enfrentamientos que se repetirían, ahora con el S.E.U. de Tenerife, al menos en dos ocasiones en 1940, con nuevas victorias palmeras.

Entre 1940-1942 entraríamos (salvando la apuntada y breve pausa motivada por nuestra Guerra Civil) en la primera de las muchas interrupciones que tendrá el baloncesto de competición en La Palma y que, sin duda, será uno de los motivos (junto a la falta de una cancha específica para este deporte –la más grave deficiencia en la época- y cierta autarquía organizativa) que lastrará su evolución respecto de otros que ya no se detendrían jamás. Durante los dos primeros años apenas se disputan algunos encuentros con carácter esporádico coordinados siempre por la Delegación palmera del S.E.U. Desde finales de 1941 esta Delegación redobla sus esfuerzos por levantar nuevamente este deporte en la isla y comienzan los primeros entrenamientos de féminas y, por tanto, momento en el que hemos de situar los inicios del baloncesto femenino en la isla. Fruto de este trabajo surgen nuevos equipos (1942-43), especialmente el histórico Terror (con Mariano, Sergio, Miguel y Argelio, entre otros) y Artillería (donde destacaban Odín y Ramón), que pasan a contender entre ellos, pero aún en número insuficiente para proyectar nuevamente un campeonato.

El baloncesto palmero se reorganizará por fin a finales de 1943, cuando se nombra el primer Delegado en la isla de la Federación Tinerfeña, que será Alfredo Díaz Moreno, uno de los precursores de nuestro deporte con mayor significación por su especial aportación al desarrollo del mismo en todos los órdenes. Como secretario, se designará a Pedro Martínez Rossi. Esta primera Delegación pondrá en marcha un nuevo campeonato en la temporada 1943-44, aún en el Parque de Recreo, en la que participarán los equipos del Tenisca, Mensajero, Español y Palma, esto es, un auténtico remedo de los clubes de fútbol de entonces, que crean sus correspondientes secciones (como resultó habitual en otros lugares del país), y a la que se traslada la rivalidad en este otro deporte. Esta cierta confusión fútbol-baloncesto es mayor aún si tenemos en cuenta que la mayoría de los integrantes de estos equipos compatibilizaban ambas disciplinas. Sería el Tenisca el que se proclamaría campeón insular aquella temporada, tras ganar un partido de desempate jugado contra el Español (19-17), dado que ambos equipos terminaron la liga empatados a puntos, favorecido este último por las aparentes facilidades dadas por el Mensajero para dejarse derrotar en un partido decisivo para la suerte del campeonato, en perjuicio de su eterno rival. El Tenisca alineaba a Perera I y II, Sangil, Sergio Escanaverino, Isidoro Remón, Quisquio y Vidal y el Español, a Rafael, Rodolfo y Frasco, entre otros. El Palma contaba con Brito, Piplia, Odín, Argelio y Cabrera y el Mensajero, con Julio, Sabio y Manolo Martín, como jugadores más representativos. Los arbitrajes corrían a cargo de los ya veteranos De las Casas Cabezas, Castro Santos y Cabezola.

Al calor de este impulso, se crearon también los primeros equipos femeninos, como los del Frente de Juventudes y el Mensajero, y tuvo lugar un campeonato militar, enfrentándose el Batallón de Infantería nº 31 y el Destacamento de Artillería, con triunfo de este último (15-19). En verano se celebraría un torneo denominado “Copa de Verano”, del que ya hemos hablado en un artículo anterior (21-08-08) como el primer precedente de la vigente “Competición de Verano”. En aquel torneo intervendrían los mismos equipos, si bien con Español y Palma formando un combinado (Espal) y con la incorporación del pionero Arsenal, entonces configurado por la columna vertebral del brillante Canarias de Madrid (Galván, Mariano, R. Ramos, Chano, Sergio, Perera, Raúl), aún en fase de gestación. Al citado artículo nos remitimos. Este Arsenal vencería al campeón de Tenerife, Educación y Descanso, por 32-27, en partido disputado en agosto del mismo año, destacando la aportación de Mariano Rodríguez (o Vega, como también se le conocía) y Elirerto Galván, con 12 y 8 puntos, respectivamente.

Este resurgimiento volvería a marrarse poco después, ya que no hubo competición las temporadas siguientes, aunque se mantenían en liza los equipos del Tenisca y Mensajero, que disputaban torneos menores con ocasión de las fiestas, coincidiendo con los éxitos de nuestro jóvenes en Madrid y con el adiós del Parque de Recreo para el baloncesto, lo que sin duda contribuyó a un nuevo periodo negro de nuestro basquet. Al tiempo, en el verano de 1946, nos visitarían dos de los más importantes equipos tinerfeños, el Canarias y el Juventud Católica, ambos de La Laguna, que se enfrentarían –y perderían- con combinados de la isla.

La Delegación Insular volvería a reorganizarse a partir del año 1947, gracias al entusiasmo del secretario de la Federación Tinerfeña en aquellos años, Juan Ríos Tejera, auxiliado por un vicesecretario que no era otro que el palmero Gabriel Gómez Font, que estudiaba en Tenerife donde se haría árbitro en 1948. Poco después, con el regreso de Elirerto Galván a la Isla, se recrearía el Arsenal, y más tarde aparecería el Frente de Juventudes. Pero no será hasta 1950 cuando retornará la competición oficial a la isla, con más equipos.

En Los Llanos, por fin, el desarrollo del baloncesto en esta época fue aún más intermitente, a golpe de puntuales enfrentamientos entre una Selección del Valle y los equipos de Santa Cruz de La Palma, cuando el basquet estaba en alza en la capital de la isla. Apenas quedaba rastro de los pioneros Pirata, Olímpico, Tanausú y Nápoles.

No hay comentarios:

Publicar un comentario