sábado, 29 de septiembre de 2012

PATRICIA BALMES: ARRESTOS Y BUENAS CANCIONES

Los Reyes le negaron un piano a los cinco años. Cuando aún sonaban en las radio-fórmulas "Cuatro Rosas" o "Escuela de Calor", los de Oriente ya intuían que aquella niña pizpireta le iba a tirar más el rock & roll (Janis Joplin, Rollings Stones, Queen...) que la música clásica, así que desde que pudieron optaron por dejarle una guitarra, y luego, cada Navidad, no faltó nunca un instrumento nuevo (la niña, como Loquillo, quería tener su banda de  rock & roll). Cuando los Magos le trajeron por fin la guitarra, Patricia había cumplido los trece años, y estábamos despidiendo 1992, un año mucho más meloso, con La Movida casi superada, que aquel del 84-85 de la frustrada petitoria, pero que entre la música internacional triunfaba un temazo de Roxette: "How do you do". Y es que, en realidad, Patricia Balmes (Madrid, 1979) tiene mucho del carácter y de la presencia musical de Marie Frediksson, la líder del dúo sueco.
 
Para la madrileña escribir canciones es casi un terapia. Con el tiempo, la composición ha pasado a convertirse en su mantra particular; en lugar de hacer yoga, la Balmes escribe música, y experimenta con el instrumento que le toque, porque domina varios. Con diecisiete años (1996) formó Annubis, un proyecto todavía de carácter aficionado, que pronto derivó en A-Band-On. Con esta banda, ya como profesional, tuvo cierto éxito durante los diez años que duró su recorrido, pero para la joven aquella incursión no era suficiente. Porque Patricia Balmes es una mujer de raza -para convencerse basta con observar su book fotográfico,  de las que no le arredran las dificultades y de las que saben que el mejor de los sueños exige quizás el mayor de los sacrificios, aunque siempre "paso a paso", escalón por escalón. Por eso desde 2010 ha comenzado una nueva etapa en solitario, el paso que tocaba, ahora sin paraguas, sin red.
 
Aunque reconoce reflejos en su música de Anouk, Lara Fabian, Celine Dion, Beyoncé o Alicia Keys, a decir verdad, a nosotros la intérprete madrileña nos recuerda más a Natalia Jiménez (La Quinta Estación), Amparo Sandino o Shakira, o incluso a Mónica Naranjo, como nos confirma una balada de rompe y rasga, desgarradora, como "Ayúdame a olvidarte". Pero quizás sea solo por su voz, una voz inconfundible que se mueve en los registros de las estrellas mencionadas.
 
La cantante, de 33 años, fue elegida mejor intérprete solista por la AIE  en 2008 y en su sitio web podemos encontrar un adelanto de su primer trabajo en solitario; entre otras canciones, su cartel de presentación, "Tiempo al tiempo", una andanada de fuerza y poderío que nos la describe, o la balada citada, "Ayúdame a olvidarte". De su trayectoria, quedan atrás el esfuerzo y el trabajo; y por delante, los frutos y la ilusión. Las palabras no son nuestras, son de la mismísima Patricia Balmes, aunque no nos creemos que el esfuerzo y el trabajo sean solo cosa del pasado, no va con ella. !Ale, Pat!

lunes, 24 de septiembre de 2012

GEMMA SANZ: LETRAS CON TIENTO

En los últimos tiempos solo recibo cosas buenas de Burgos. Por eso ya ni me sorprende descubrir un talento musical con trazas de compositora de envergadura como la novel Gemma Sanz.  La intérprete burgalesa, hoy en plena presentación de su primer compacto (Soy), es una cantautora de tiralíneas, es decir, una cantante de instrucción clásica, y que destaca por unas letras muy elaboradas, casi apasionadas, que emocionan por sí mismas. En ellas la Sanz descarga toda su formación académica como licenciada en Filología Hispánica y Literatura Comparada que es  y, por supuesto, sus tantas horas escuchando y leyendo a poetas y a cantautores como Sabina, Ismael Serrano, Milanés o Silvio.

Gemma Sanz empezó a componer a los 16 años, y al poco de hacerlo ya dudada entre comenzar su carrera universitaria o dedicarse profesionalmente a la música pop, porque, pese a sus estudios en el conservatorio, a la del Gamonal siempre le tiró la música como la de Mecano para la que parecía que tenía un don especial. La carrera la terminó, ¡faltaba más! -nunca se sabe-, y hasta 2011 estuvo ejerciendo como profesora en el Instituto San José Artesano de Burgos, pero luego decidió lanzarse a la piscina y zambullirse definitivamente en la música profesional. Tampoco lo hizo a tontas y a locas, porque en aquella piscina sí que había agua (su formación de tantos años y su don musical) y por eso entró en ella con una ligereza y suavidad pasmosas, las propias de una sirena. En 2008 ya había grabado una primera maqueta de los temas "Y me rompa otra vez", y  "Por complacer", que ahora incluye una suerte de nana íntima y deliciosa, (ambas las recoge su compacto de presentación)  y  que le permitió ilusionarse, calibrando los peligros de su sueño, sin necesidad de tomar demasiados riesgos. La chica valía.

La joven cantautora presentó su primer larga duración, con su inseparable sombrero, en el Teatro Principal de Burgos en 2011. Y como tuvo un éxito considerable, en 2012 lo ha reeditado para que llegue más lejos aún, mejorando su presentación e incorporando importantes colaboraciones, como las de Pancho Varona (guitarra de J. Sabina), que le hace las voces en la digital "Razón.es", o la de Jaime Terrón (líder de Melocos), con el que comparte protagonismo en la dulce "Todavía", una balada de embeleso, como la más mohína "Lamento".  Precisamente los gaditanos de Melocos se están convirtiendo en sus padrinos musicales. El Orfeón Burgáles (también el Orfeón infantil), Diego Galaz y el Coro de Jóvenes de San Pablo completan las colaboraciones de la reedición.

Como primer single se ha lanzado la fresca y comercial "Cuídate", una canción que transita sin complejos en el nivel de nuestro mejor pop femenino (Gastelo, Ondina, Vega, Chloe, María Villalón, Conchita, Georgina...). Después ha venido "De Ilusión", otro tema pegadizo que nos invita sin ambages al optimismo (como no podía ser de otra forma viniendo de Burgos), "soñando caminos" como Machado.  Fuerza y consistencia predominan en los cortes "A ciegas", "La muerte de Bécquer" (otro guiño a su universo literario) o "Soy", melodía que da título al trabajo discográfico, y casi su perfil de Facebook en forma de canción. Solo es el principio, pero el disco ya se ha presentado en Madrid, Barcelona, Salamanca, Santiago o Tarragona, y suena en muchas emisoras. En adelante: Mucha mierda Gemma!

lunes, 17 de septiembre de 2012

GRANDES

¡Grandes Natalia Millán y Ana Belén en sus respectivas presentaciones en Madrid esta semana!. La primera remedando, en su acepción plausible, a Lola Herrera en el clásico de las escena española Cinco horas con Mario, de vuelta a Madrid (ahora al Teatro Arlequín) tras una gira de más de dos años por toda España; la segunda, como epílogo de su enésimo trabajo discográfico A Los Hombres que Amé, editado a finales del año pasado, ofreciendo un gran espectáculo en el monumental Teatro Español, donde precisamente la de Lavapiés comenzó a dar sus primeros pasos en el mundo de la farándula.

La versátil Millán (Madrid, 1969), también es -y buena- bailarina y cantante (la recordamos en su papel de Adela Ramos en Un paso adelante o como protagonista de los musicales Cabaret o Chicago), lleva desde 2010 interpretando con éxito a Menchu, la Carmen Sotillos del particular soliloquio de Delibes, casi desde que dejó su trabajo en El Internado demandada por Josefina Molina y José Sámano. Hoy, por cierto, la vemos diariamente en Amar en tiempos revueltos en el papel de la glamurosa Angélica Valdés. Desde 1979 venía representando este "mono-diálogo" sin falta -y sin tacha- la magistral Lola Herrera. Su testigo pasa ahora a Natalia Millán, convertida por méritos propios en digna sucesora de la pucelana. La actriz madrileña reconocía que no estaba habituada demasiado a los monólogos, pero esta inexperiencia no ha sido óbice para lograr una creíble y notable interpretacion, que empatiza con nitidez con la ultraconservadora protagonista, paradigma de mujer de su tiempo, anclada en los principios y dogmas que imponían Iglesia y Régimen (este a través de la Sección Femenina),  a la que proporciona variados registros y nuevos matices que facilitan la complicidad con el público. La pega: apenas cinco semanas.

En cambio, con más de sesenta años, María del Pilar Cuesta (Madrid, 1951), es decir, Ana Belén, parece más bien de la edad de la mentada Carmen Sotillos (44 años). La madrileña, además, consigue llenar sin dificultad no solo el aforo del Teatro Español, sino todo el escenario, y lo hace sin necesidad de aditamento alguno, sin apenas atrezo. A Los Hombres Que Amé es un homenaje a los catorce hombres que han logrado situar a la actriz y cantante en lo más alto de la canción popular española (Sabina, Guerra, Aute, Ríos, Páez, Milanés, Jiménez, Veneno, Cano... Víctor Manuel), pero es también un tributo merecido a sí misma, a su dilatada carrera. El público la ovaciona desde la primera canción, desde su primera presencia, cuando la escucha interpretar -sutil, poderosa- Yo vengo a ofrecer mi corazón, del argentino Fito Páez, lo que de hecho ofrece. Resultan especialmente emocionantes sus atemporales "Desde mi libertad", El breve espacio en que no está y El hombre del piano. Y de los canarios, conocíamos a Ana Belén interpretando "Contamíname", de Pedro Guerra; es más, en realidad fue ella quien la hizo popular, pero nos sorprende haciendo lo propio con la exquisita Debajo del puente, también del güimarero, que la cantante confiesa como "robada". Tampoco faltó a la cita la prodigiosa "Yo también nací en el 63", de otro Taller, Andrés Molina, que troca en 53 -cosas de la edad- cuando es Ana Belén quien la canta. La pega: apenas cinco días.

domingo, 16 de septiembre de 2012

EL PRIMER CAMINO

LOGROÑO-BURGOS
lunes, 15 de agosto de 2011
La visualización.

Varios amigos me han comentado que este verano han hecho o tienen previsto hacer el Camino de Santiago (porque así se suele decir: "hacer el Camino"), o alguna de sus rutas, que es lo más probable. Y lo recorren a pie, como debe ser. Es más, dicen que si no caminas al menos 100 kilómetros no puedes recibir “la compostelana”, una suerte de acreditación eclesiástica que certifica que efectivamente has hecho el Camino. La verdad es que no sé si este afán por peregrinar a Santiago es una moda pasajera o simplemente la consecuencia de un periodo de crisis profunda que sufre la sociedad en general, que no sólo es económica, sino también y en especial, de valores, espiritual, de fuertes desencuentros.