domingo, 3 de marzo de 2013

NAMASTÉ Y AMARILLOS

Quizás tengamos la idea de que fue Espinosa, Albert Espinosa (Barcelona, 1974), el que descubrió que en nuestra vida nos encontramos con cierta frecuencia con personas amarillas, con individuos que enseguida conectan con nosotros, que pronto se muestran solícitos para ayudarnos o consolarnos, y que tampoco les importa demasiado caminar de nuestra mano parte del sendero sin apenas conocernos. En realidad, el guionista de Pulseras rojas no hizo más que ponerle un color a esta gente especial que aparece en nuestro camino, asignación en la que tal vez le traicionó el subconsciente y por eso optó por el color que más veía en una planta de hospital para niños y adolescentes enfermos de cáncer como las que compartió durante años hasta su feliz recuperación, porque etimológicamente la palabra "amarillo" deriva del bajo latín hispánico "amarellus", que significa "amarillento, pálido", diminutivo del latín "amarus", amargo.
 
Fíjense si tiene años este concepto que ya Dovstoievski (1821-1881) se refería a ellos, sí a los "amarillos", en 1866, fecha de la publicación de la celebérrima Crimen y Castigo, donde encontramos muy pronto esta reflexión: "A veces uno se encuentra con personas que le son totalmente desconocidas y se interesa por ellas desde la primera mirada, de repente, antes de haber cambiado una palabra". Y así es, porque entre los amarillos la conexión es casi imperceptible y, sobre todo, premonitoria. A decir verdad, debe existir una suerte de fuerza cósmica (algunos la llaman "ley de la atracción", otros, "conspiración del Universo",...) que los atrae sin que se den cuenta desde el primer golpe de vista y que, pese a los obstáculos, o las diferencias, termina finalmente por unirlos aunque sea, incluso, dos generaciones más tarde.
 
Los "amarillos" no se saludan con unos simples "hola" o "¿qué tal?". Bueno, a fuer de sincero, reconozco que sí que utilizan estos saludos convencionales u otros similares, pero en realidad su salutación nace del corazón y, por eso,  tiene más que ver con el "namasté" hindú que con nuestra cortesía occidental. Es verdad que se intercambian unos "buenos días" o unas "buenas tardes", pero, realmente, saludan lo divino que hay en ellos, lo que el otro hace mejor, sus dones naturales. Saben escucharse, y hablarse, porque a veces no solo somos incapaces de escuchar sino también de hablar como deberíamos hacerlo, porque las palabras tienen un significado oculto que nos traspasa, y seducen, y hasta acompañan nuestra soledad.
 
Como ha escrito Susanna Tamaro (en Para siempre), el mundo no consiste sólo en dormir, comer, follar y morir, porque eso también lo hacen los perros, los mirlos o los orangutanes. Debemos aprender a ver la filigrana, lo que se oculta en la parte más secreta de los días. Y, en efecto, eso es lo que distingue a las personas que definimos con ese color "amargo" en origen, pero que también representa la luz del Sol, hombres y mujeres con los que encajamos mágicamente, que logran con sorprendente facilidad empatizar con nosotros y que, en su vida diaria, saludan con un disimulado "namasté" y se afanan en descubrir el sentido profundo de las palabras y el dorso, la parte más recoleta, de los días.

6 comentarios:

  1. Namasté!!!
    Gracias...gracias..gracias

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  2. Peregrina (desde facebook)3 de marzo de 2013, 11:27

    Gracias Juanjo!!!...El universo se encarga de encontrarnos..."los amarillos"... en cada instante...en cualquier lugar...a la hora justa...aparece...apareces en el camino de otr@...Y ES PARA SIEMPRE
    FELIZ DIA A TOD@S!!!..

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  3. Strepponi (desde facebook)3 de marzo de 2013, 20:59

    Hola !!! Qué interesante tema el que has escogido... No sabía que ya Dovstoievsky utilizaba este término en su obra... Leí el libro hace tiempo... pero no lo recordaba sinceramente... Sí, el universo, las energías, nos presentan a este tipo de personas, creo en ello también... pero también es cierto que vamos tan rápidos por esta vida, con muchas cosas en la cabeza, que no los apreciamos. Yo me pregunto que si están ahí delante de nosotros será por algo ...verdad???? Lo que quiero decirte es que hoy me has concienciado en reparar en esa tribu que anda por el mundo y que está destinada a ti... a conectarse contigo de forma espiritual y profunda... sólo hay que abrir nuestros ojos, nuestro corazón y sobre todo nuestra alma ( nada más y nada menos). Muchas gracias y felicidades.

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  4. VF (desde facebook)5 de marzo de 2013, 16:18

    Recuerdo el primer post q escribiste sobre "los amarillos"...me gustò tanto, que tardé pocos días en hacerme con el libro, "El mundo amarillo", de A. Espinosa...exquisita..., no literariamente hablando,pero sí social y emocionalmente inspiradora! Este post también me ha encantado, así que, con tu permiso lo comparto...recibe mi namastê Juanjo!!!

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  5. Los amarillos nos queremos desde que coincidimos por primera vez (quizás desde antes de conocernos), porque los espíritus, las almas, la luz de cada uno es una. Es una fusión desde antaño y para siempre...inexplicable para ambos al principio, hasta que descubrimos que no somos los únicos amarillos del planeta y que una parte y otra tenemos distintos amarillos, aunque algunos puedan ser comunes.

    Namas_té quiero!

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  6. El sol es amarillo, es luz, es energía, cálido y reconfortante. Los "amarillos" formamos un mundo más cálido y amable, mejor para vivir con nosotros mismos y con los demás. Namasté , los budistas lo simbolizan con las manos unidas , como un saludo de paz. Los amarillos ese saludo lo hacemos como un abrazo eterno, donde no importa el tiempo, si lo que sentimos en ese momento. Gracias JJ . Un abrazo amarillo. Namasté .

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