Si una frase define el libro de Ángel Arribas es esta: “Un buen libro es aquel que se abre con expectativas y se cierra con provecho”, de Aimos Bronson Alcott, escritor y educador estadounidense, padre de la autora de Mujercitas. Y pronto veremos por qué.
Pero antes digamos algo del autor.
Ángel Arribas nace en Madrid casi por accidente (quizá lo explique él). De pequeño quiere ser piloto de aviación militar y más tarde
médico. Vive su adolescencia en un internado católico de los padres
redentoristas cerca de Miranda de Ebro (Burgos, en el monasterio del Espino), donde aprende los valores más importantes, incluidos la vocación de
servicio, el respeto y el interés por la cultura. Luego, aunque en la Universidad se inicia en Medicina,
termina por estudiar Sociología. En cualquier caso, Ángel va a ejercer
profesionalmente –por esos misteriosos designios del destino– como informático
o jefe de informática, primero, en varias empresas transnacionales (ITC, Americam
Express, Grupo Meliá) y, más tarde, en la Universidad Antonio
de Nebrija de Madrid. Trabaja también como formador y como docente en la misma
universidad y, entre otros, en el prestigioso Instituto de Empresa (IE).
Ha escrito siete libros más, todos en su madurez: Llora
como mujer, El día que aprendí a
flotar, la trilogía
TIC (El conflicto de
las dos Coreas, El secuestro de
Felipe VI y La condición Mittel ), La estirpe, y el relato juvenil Noa, la maltesa traviesa. Dile a Laura
que la quiero (sobre el acoso que sufren las mujeres en las redes sociales)
es su nuevo proyecto narrativo. Hoy colabora, además, en varios programas de TV en sus
secciones literarias: “Sentido literario” (Canal 33-Madrid) y “Sopa de letras”
(copresentador, Vive TV España).
Arribas es una persona que, como buen epicureísta, disfruta de las cosas
sencillas, y un modesto escritor que, como los protagonistas de su libro, pretende despertar algunas conciencias, proscribir el silencio, porque como él dice “hay mucha más gente
buena que gente mala”, lo que ocurre es que no hace tanto ruido.
...
Sobre El dossier... Ángel Arribas ha dicho que es una novela dentro de otra novela. Afirmación que
leemos incluso en el relato. Pero yo creo que El dossier… no es solo una novela dentro de otra, sino muchas
novelas dentro de una novela. En el libro de Ángel confluyen muchas historias
(la mayoría reales) que terminan por atraparnos, que generan un interés inusitado,
que producen avidez por conocer su intrahistoria y su desenlace:
a) Las historias silenciadas de tantas mujeres ultrajadas
y torturadas brutalmente durante la Segunda Guerra Mundial ,
no solo por los nazis sino también por los ejércitos de las potencias
vencedoras.
b) La historia de dos diplomáticos españoles: Ángel Sanz Briz y Sebastián de Romero Radigales que salvaron a muchísimos judíos de
ser deportados a los campos de exterminio nazis en Budapest o Grecia (en
Salónica o en Atenas). Dos historias apasionantes.
c) La historia de un submarino alemán (U-boote) que debía rendirse a los
ingleses y que tardó -inexplicablemente- más de una semana en llegar a su
destino, y que al tiempo da pie para incardinar otra historia más: la de la
muerte de Hitler, si realmente se suicidó en el bunker, o escapó a Barcelona o
a Canarias, de camino a Sudamérica.
Pues
bien, todas estas historias navegan de forma amena sobre el imaginario de
ficción, la historia de amor entre los protagonistas y las “tribulaciones” del dossier
de marras, una carpeta que recoge todo tipo de información sobre aquellos
hechos, formando un todo inseparable.
Pero el libro de Ángel logra también que ese interés
por todos esos acontecimientos rebase la propia novela.
Es muy difícil leer El dossier y no
correr pronto a Internet a conocer más detalles de lo que hicieron Ángel Sanz Briz (“El ángel de
Budapest”) o Sebastián Romero Radigales.
Yo mismo, de Ángel Sanz Briz, me he visto hace unos días una película que se
realizó en 2011, protagonizada por Francis Lorenzo , que se titulaba precisamente El ángel de Budapest. Una película
española fascinante, y muy emotiva. Es
más, luego he reincidido viéndome otra película, del año pasado, sobre otros personajes
también declarados “Justos entre las Naciones”: el matrimonio polaco formado
por Jan y Antonina Zabinski (La casa de la
esperanza, 2017). Tengan presente que Sanz Briz salvó a más judíos que el famoso Oskar Schindler (La lista de Schindler) o que el matrimonio Zabinski. Con la disculpa de que estaba salvando a judíos
sefardíes (de origen español), con base en un decreto no vigente de Primo de
Rivera de 1924, libró de los campos de exterminio a más de 5.500 judíos,
sefardíes o no.
Lo mismo ocurre con la historia de la muerte
de Hitler, sobre todo en Canarias, donde apuntan algunas hipótesis que pasó
un tiempo de camino a Argentina o Uruguay. Precisamente hace un par de años fue
noticia que un veterano agente de la CIA, tras acceder a documentos
desclasificados del FBI, revelaba que Hitler había fingido su muerte y había
huido a Tenerife.
Luego nos encontramos con la historia del U-boot
(submarino alemán), que me retrotrae a lecturas de juventud, cuando en mi casa
leíamos con interés una enciclopedia sobre la II Guerra Mundial
(que un hermano mío devoraba). Y de estas lecturas, nunca olvidé el episodio del U-boot comandado por Günther Prien que
logró penetrar en el fondeadero de Scapa Flow (en las islas Orcadas, al norte
de Escocia) en 1939 y hundir a uno de los acorazados británicos allí atracado,
uno de los más emblemáticos.
Pero el libro guarda aún más episodios que descubrir, aunque sean tristes, que
nos sirven para aprender del pasado y no repetirlo. Como las referencias al
denominado “Convoy de los 927” ,
que recuerda la historia del exterminio de 409 españoles refugiados en Francia
en el campo de concentración de Mauthausen, tras salir 927 de la estación francesa de
Angulema.
Por
lo tanto, El dossier... es un libro que genera inquietud, interés, apetito más allá de la
propia trama principal de la
novela. Como decía antes: “Se abre con expectativas y se
cierra con provecho”.
Finalmente, la historia de la austriaca Judith Von König-Walnner y del aragonés José Torres Mur es un libro valiente, un vocero que denuncia otro holocausto, un genocidio
invisible y silente, el que sufren las mujeres en todos los conflictos
bélicos desde tiempos remotos, tratadas como mero botín o como arma de guerra
psicológica. Como durante la II Guerra Mundial , con más de cinco millones de
mujeres vejadas, violadas y torturadas brutalmente incluso por los ejércitos vencedores
(los rusos en Polonia, en Berlín, más de 110.000 berlinesas, los americanos en
Italia, etc.). Y, sobre todo, como hoy continúa sucediendo allá donde nos denigre la guerra: en Ruanda o en Bosnia en los noventa, en la República Democrática
del Congo después, o más recientemente en Sudán del Sur, en Colombia,
en Guatemala, en Siria…
Con
esta novela, pues, Ángel quiere pone su granito de arena en el empeño de su
protagonista (Judith) en denunciar esta situación, que se extiende a otras
prácticas deleznables e igual de brutales: la ablación genital, el planchado de
senos, la esclavitud sexual, el matrimonio de niñas, etc., abogando incluso por
la creación de un Tribunal Internacional Permanente, especial para este tipo de
delitos, en la Corte Penal
Internacional.
Como remate de la novela, a modo de sentencia, leemos:
“Si
alguna de estas efímeras gotas humanas se cree superior al resto, se equivoca.
Solo
se es especial durante el tiempo que los demás así lo consideran. Todas las
características que te hicieron creer que eras único desaparecerán de repente
cuando nadie te recuerde, cuando ya nadie les conceda valor alguno.
Cuando
todos te olviden ni siquiera serán un recuerdo.
Solo
en ese momento te darás cuenta de que las gotas que están más arriba, en la
superficie, son las que primero se evaporan.
Pero,
entonces, será demasiado tarde.”
*Intervención en la presentación del libro en Santa Cruz de La Palma, 8 de marzo de 2018
No hay comentarios:
Publicar un comentario