viernes, 18 de agosto de 2000

UNA PROPUESTA CULTURAL PARA LA PALMA

J.J. Rodríguez-Lewis
Publicado en La Voz, el 4-18 de agosto de 2000

Democratizar la cultura no es otra cosa que acercar este privilegio a las minorías y a los pueblos más recónditos. La Cultura democrática es, por el contrario, la cultura participada, la que se promueve con la intervención del individuo y de la sociedad. Ahora bien, quizás sea la programación cultural la que debe reflejar una mayor apertura a la hora de definir un marco de actuación. La política cultural, pese a un importante componente de carácter estático, debe ser claramente dinámica, como resultado del constante “feed back” entre la Administración y la sociedad.

El espectacular dinamismo de nuestra gente, surtidora permanente de tradiciones ancestrales y recientes como muestra, demanda una política que lo aliente y que lo ampare. Nuestros reconocidos y potenciales novelistas, ensayistas, poetas, historiadores, etc., requieren el apoyo decidido a su esfuerzo, potenciando una importante labor de edición por parte del Cabildo, quizás incluso promoviendo la creación de una editorial insular. En el mismo sentido, deben apoyarse los proyectos audiovisuales de nuestros profesionales y de nuestras propias TV locales, demandando asimismo determinadas realizaciones de tipo cultural o educativo que contribuyan a promocionar nuestras tradiciones, territorio o historia.

No podemos obviar que la lectura es la base para mejorar nuestro nivel cultural, sostén incuestionable de una sociedad desarrollada. La labor debe comenzar desde abajo, necesitamos que nuestros niños y jóvenes asuman desde el principio la lectura como hábito y afición. En esta dirección, ha de propiciarse la convocatoria de premios escolares (redacciones sobre nuestra historia, comentarios de textos, etc.), la celebración habitual de charlas didácticas, el necesario soporte publicitario, etc. La potenciación de las campañas de asistencia a actos culturales de los colectivos infantil y juvenil completaría la respuesta a esta preocupación (incluido cine).

Acaso sea excesivo en un territorio reducido como el nuestro la creación de Escuelas o Institutos municipales de carácter formativo o cultural. Por ello, como Administración obligada a prestar la debida asistencia a los municipios y a garantizar la necesaria equidad intermunicipal, el Cabildo debiera liderar la creación de Institutos Insulares, que vendrían a enriquecer la actual oferta, limitada a la Escuela Insular de Música. Por cierto que a esta última Escuela, cuyo espectacular desarrollo (sedes, profesorado, enseñanzas, alumnos, etc.) ha permitido obtener resultados sobresalientes, se le debe seguir mimando como se merece, promoviendo acaso la creación (ya propuesta) de un Archivo Insular de Música y la recuperación de los exitosos Encuentros de Música.

La promoción de nuestra cultura tradicional y popular debe ser otro de los objetivos (folklore, corales, bandas de música, etc.), debiendo prestarle la política audiovisual y editorial atención especial. Con carácter esencial ha de procurarse que cada municipio disponga, al menos, de un Casa de la Cultura, como lugar de encuentro, creación y difusión cultural. Por otro lado, se ha de creer firmemente en la iniciativa de la sociedad, como motor del propio dinamismo de la cultura. Aquí el asociacionismo cultural juega un papel decisivo. La Cosmológica debe ser una entidad participativa y, por qué no, un Instituto de Estudios de La Palma.

Los museos como centros de difusión cultural, es decir, acercándolos a la sociedad, promoviendo su conocimiento y reduciendo sus barreras, en especial el complejo situado en el ex Convento de San Francisco, que deberá albergar también el Centro Insular de Archivos y Documentación. Esta actuación debe combinarse con un importante apoyo a los museos de carácter municipal y con la creación de un Museo Insular en Los Llanos de Aridane, dedicado a aspectos o materias no contemplados por el Museo Insular del Convento de San Francisco. Se ha de procurar no crear dos Museos competidores y secundarios, sino dos Museos complementarios y de primer orden.

Cada municipio con su biblioteca pública. El Cabildo no puede obviar que tiene obligaciones para con los municipios con escasos recursos, teniendo en cuenta además que la biblioteca pública es únicamente un servicio público obligatorio en los municipios con más de 5.000 habitantes. Es más, se han de garantizar unos requisitos mínimos, colaborando también con las existentes y mejorando la oferta de la biblioteca José Pérez Vidal.

La transferencia de competencias y funciones en materia de Patrimonio Histórico Artístico es reciente. Como primera medida, debiera realizarse un censo y catálogo de inmuebles, obras de arte, bienes documentales y arqueológicos (con especial preocupación por los deteriorados), y la puesta en marcha de un adecuado Servicio de Inspección, que se ha de combinar con una adecuada política restauradora y un plan de preservación. Nuestro patrimonio escultórico y pictórico tiene una buena garantía con el apoyo conveniente que necesita el Taller Insular de Restauración. Por otro lado, nuestra excelente imaginería demanda un estudio riguroso que vea la luz. Además, no debe abandonarse la política de protección de la arqueología insular ni los buenos resultados del Convenio de Colaboración entre el Cabildo Insular y el Obispado de Tenerife, en materia de restauración.

El Cabildo de La Palma debe diseñar una periódica y completa programación cultural que se proponga a los vecinos de la isla con la suficiente antelación y destinada a todos los municipios. Para ello, no sólo debe diseñarse y realizarse una importante oferta, sino que debe publicitarse de forma periódica con el objeto de lograr una mayor difusión y participación. Esta programación debe incluir, además, ofertas educativas de todo tipo (Congresos, Masters, Cursos de Verano, etc.). En este sentido, se han de potenciar los Convenios de Colaboración con las Universidades Canarias, así como con la Dirección General de Cultura respecto de la Red de Teatro de Canarias, de los conciertos del Festival de Música de Canarias y de otros conciertos de música de cámara. Asimismo, el Auditorio debe ser el centro paradigmático de la comarca oeste de la Isla. En la comarca este debe serlo, de momento, el Teatro Circo de Marte, cuyas obras de restauración y rehabilitación deberán concluirse de inmediato, comprometiéndose el Cabildo a financiar la parte que sea necesaria.

Por último, Como factor de enriquecimiento, se han de fomentar los encuentros e intercambios con otras comunidades. En esta dirección, se deben atender y promover nuestras “representaciones” en otros lugares (casas de La Palma, asociaciones de estudiantes universitarios, etc.). No podemos permitir que se rompan los lazos que permiten irradiar y preservar nuestra identidad.

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