martes, 27 de noviembre de 2007

LA UNIVERSIDAD EN LA PALMA

J.J. Rodríguez- LewisPublicado en Diario de Avisos, el 27 de noviembre de 2007

Hace poco más de tres años publicaba en otro medio de comunicación un artículo en el denunciaba la indolencia de las universidades canarias con La Palma, en especial la de La Laguna, y demandaba la implantación de estudios universitarios en la isla. En el tiempo, el comentario era oportuno, porque se iba a crear un nuevo centro universitario en Lanzarote para impartir la diplomatura en Ciencias Empresariales. La isla del Rubicón pasaba, por ello, a disponer de tres escuelas universitarias (Enfermería y Turismo ya llevaban tiempo establecidas), dependientes de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, cuando en La Palma brillaban –brillan- por su ausencia.

Nuevamente el momento vuelve a ser propicio para retomar esta legítima aspiración de La Palma. Recientemente, la Universidad de La Laguna ha puesto el grito en el cielo al advertir la posible instalación de una universidad privada en Tenerife, en La Orotava para ser más exactos. Nuestra querida Universidad parece haberle visto las orejas al lobo, y por boca de su nuevo rector, ha criticado el proyecto, cuestionado la postura del Ayuntamiento y manifestado que había propuesto a varios ayuntamientos de la Isla descentralizar la oferta de la Universidad, proponiendo, a renglón seguido, la implantación de nuevas titulaciones en el Norte y Sur de Tenerife.

Doménech, que es el rector de marras, se arranca, pues, por la descentralización, apurado por el porvenir en forma de Universidad Europea de Madrid, obviando nuevamente la descentralización más lógica y consecuente. ¡Vamos, que nos la recuerda constantemente el Estatuto de Autonomía y hasta la Constitución, en su artículo 138.1: la debida atención a las circunstancias del hecho insular! El rector lagunero insiste en preterir la necesaria y justa extensión de la Universidad canaria en La Palma.

Pero si con ese desdén no fuera suficiente, Eduardo Doménech recuerda, en otras declaraciones para sonrojarse, los grandes esfuerzos que hacía la Universidad descentralizando (en puridad, desconcentrando) los cursos de verano (Adeje) o invierno (Tegueste, geográficamente en el interior de La Laguna) o colaborando con la Universidad Ambiental de La Palma. Por cierto, engendro este último, que ni es Universidad, ni es Ambiental.

En La Palma llevamos años hablando de –y proponiendo (se recoge en algunos de los programas electorales)- extender la educación universitaria a la isla, a través de alguna de las universidades canarias, con la creación de varios centros adscritos. Incluso durante algún tiempo cierta instalación del Cabildo Insular se acondicionaba para acoger supuestamente una Escuela de Enfermería. La lamentable realidad es que seguimos sin estudios universitarios presenciales en La Palma, cuando en otra isla, como Lanzarote –y no es una crítica a esta, todo lo contrario, procede felicitar a su denostada clase política–, sus estudiantes disponen ya de tres escuelas o centros universitarios.

En este, como en otros temas, La Palma sigue perdiendo su posición de antaño. Esta isla ha ocupado históricamente un lugar destacado en la educación de Canarias, y precisamente este año nos lo recuerda el 75º aniversario de la fundación del Instituto Alonso Pérez Díaz. Políticos e intelectuales como Faustino Méndez Cabezola, los hermanos Fernández Ferraz, Antonio Rodríguez López, Pedro J. De las Casas, A. Cabrera Pinto o los también hermanos Pérez Díaz, algunos de ellos masones, para más señas, ocupan un lugar preeminente en la historia y en el devenir de la educación en las islas. Y como institución, el Colegio de Santa Catalina, inaugurado en 1868 (y elevado a Instituto Libre de Segunda Enseñanza un año después) compartía con el Instituto de Canarias (La Laguna) y el Colegio San Agustín de Las Palmas el haber sido los únicos centros de Canarias que impartían la enseñanza secundaria en aquellos momentos.

Por tanto, en La Palma hoy echamos de menos aquella generación de buenos políticos e intelectuales de finales del siglo XIX y principios del XX, que mostraban una preocupación constante por la isla y por conservar su posición relevante (incluso como “isla mayor”) en el contexto del archipiélago, con una capacidad ingente de iniciativa y empuje.

Es más, ahora la hipócrita Universidad de La Laguna nos ofrece la implantación de una denominada Universidad para Mayores, que –dicen- permite el acercamiento de las enseñanzas universitarias a los mayores de 50 años, ya establecida en el norte de Tenerife. Pero lo que, de verdad, La Palma necesita es que sus jóvenes cerebros no se vayan o que, al menos, no se marchen durante largo tiempo, porque, independientemente de las dificultades del mercando interior de trabajo, este hecho provoca el lógico desarraigo y hace casi imposible su regreso.

En consecuencia, esta isla debe exigir de la Universidad de La Laguna la creación en su territorio de, como poco, carreras de grado medio, bien relacionadas históricamente con la isla (Magisterio o Comercio), bien nuevas o conectadas con nuestros recursos económicos y naturales (Turismo, Ingeniería Técnica Agrícola o Forestal, Astrofísica, Enfermería...). También, por qué no, sería factible la impartición del primer ciclo de titulaciones de grado superior y hasta podríamos pensar en la creación de un colegio universitario, denominado “Santa Catalina”, que acogiera esta oferta formativa. Todo ello, con la conveniente adaptación a la inminente reordenación europea de los títulos universitarios.

De resto, se debe potenciar la extensión universitaria con rigor y contribuir a prestigiar el centro asociado de la UNED. Y a ver si tenemos suerte y alguna Universidad privada pone los ojos en esta isla, aunque sea sólo un rumor, porque quizás así reaccione nuestra aún respetada Universidad de La Laguna. No olvidemos que, sólo en esta Universidad, hay más de 2.000 estudiantes palmeros, número al que no llegan muchas universidades privadas: Camilo José Cela (Madrid), Europea Miguel de Cervantes, SEK y Católica de Ávila (todas en Castilla-León), Abat Oliva (Cataluña) o San Jorge (Aragón), por poner solo algunos ejemplos.

1 comentario:

  1. Felicidades por su insistencia, creo que la prensa de hoy recoge nuevamente el interés, ahora por la ULL, de impartir los primeros estudios universitarios "presenciales" en la isla (enfermería).Saludos

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