domingo, 1 de marzo de 2009

VUELCO POLÍTICO O JAQUE AL NACIONALISMO SOBERANISTA

No me resisto a hacer al menos un pequeño comentario sobre las elecciones autonómicas que han tenido lugar en el día de hoy en Galicia y el País Vasco. Ambos comicios pueden suponer un cambio de gobierno en las respectivas Comunidades y en los dos casos también con la singularidad de la salida de las fuerzas nacionalistas e independentistas del poder. En Galicia, el cambio está confirmado, porque el Partido Popular (PP) ha recobrado la mayoría absoluta que había perdido en las últimas elecciones (con el único trasvase de dos diputados); por lo demás, único resultado posible que le podía dar el gobierno de la Xunta. Mientras, Socialistas (PSG-PSOE) y Bloque (BNG) son los que de forma un tanto sorprendente pierden el gobierno de la Comunidad después de una sola legislatura, por cierto, en un contexto con una mayor participación del electorado que, en este caso, ha beneficiado al PP.

En Euskadi el tablero es más complejo y el trasvase de votos también. Sea como fuere, lo más significativo es que por primera vez en treinta años las fuerzas no nacionalistas (PSV-PSOE, PP y UPyD) son mayoría en el Parlamento vasco: hasta 38 diputados la constituyen (aún hay un diputado “bailando” que puede caer del lado socialista con el voto del exterior), lo que marca la mayoría absoluta, que podrían convertir en lendakari al socialista Patxi López en un nuevo tripartito, ahora no nacionalista. Espectacular incremento de representación de los socialistas vascos, que suben de 18 a 24 escaños, que se combina con un PP que aguanta el tirón, con la pérdida de sólo 2 diputados, probablemente uno a favor del PSOE (acaso voto útil) y otro por la irrupción de la UPyD (Unión Progreso y Democracia) de Rosa Díez, que, pese a ser una escisión del PSOE, la experiencia está demostrando que “perjudica” más al PP que al propio Partido matriz. UPyD, ademas, podría erigirse en la llave del gobierno. En el bloque abertzale, pese al aumento del PNV, con hasta ocho diputados más, aunque seis de ellos sean fagocitando a su alter ego Eusko Alkartasuna (EA), el tripartito disminuye en apoyo electoral y, en consecuencia, sus pretensiones soberanistas. En esta dirección, EB (la marca de Izquierda Unida en Euskadi) se queda con un solo representante y EA con apenas 2. Por tanto, sólo PNV rentabiliza, en parte, el gobierno en coalición. De resto, los votos de Batasuna, aparte de alguno que pudo haber ido también al PNV, se van a Aralar, que, como todos sabemos, es un partido que procede también del entorno batasuno, aunque apostando por procedimientos no violentos. Lo que, dicho sea de paso, puede ser asimismo un signo de esperanza.

Por tanto, si los resultados electorales se confirman en las votaciones de investidura (el propio PSOE apoyó la investidura en Navarra del candidato de UPN, la marca del PP en esa Comunidad Foral entonces), estamos ante un interesante y relevante vuelco político o, cuando menos, ante un jaque al nacionalismo soberanista, ya que ambos titulares los considero acertados.

2 comentarios:

  1. El artículo me parece magnífico, ojalá sea más que un titular y por fin entendamos que en la época de la globalización discutimos planteamentos trasnochados.
    Por cierto estás de guapo en la foto con ese fondo verde que da gusto verte.

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  2. Buen bueno el artículo, más que un titular espero que sea verdad . Por cierto estás de guapo en la foto..

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