jueves, 2 de julio de 2009

CAPACITADOS PARA CASI TODO

Creo sinceramente que no se está haciendo una política realmente eficaz en relación con la población con algún tipo de discapacidad, en especial teniendo en cuenta el aumento geométrico de los recursos de las distintas Administraciones en materia de servicios sociales. Dicen los expertos, que cualquier Plan dirigido a esta población en riesgo de exclusión social requiere de tres elementos básicos: una concepción interdisciplinar multilateral de los problemas, un diseño integrador de todos los recursos básicos y programas y primacía de las iniciativas de prevención y de rehabilitación para la integración laboral. Como ven, se nos suele llenar la boca de teoría hueca y la casa sin barrer.

Las distintas políticas bastaría con fundamentarlas en criterios de eficacia y eficiencia para resolver los problemas sociales existentes con los recursos disponibles, con fomentar la participación y la solidaridad colaborando con ONGs u otro tipo de voluntariado, con realizar políticas activas en contraposición a la superprotección pasiva y con mejorar los servicios sociales comunitarios, para que la persona con discapacidad no pierda la relación con su entorno habitual.

En esta dirección, son muy efectivas las actividades formativas para el aprendizaje de un oficio manual y otras labores que fomenten el desarrollo físico, psíquico y social de estas personas, lo que podría culminar con la creación de una empresa o cooperativa de trabajo asociado para comercializar sus productos o en un centro especial de empleo. Un ejemplo a seguir es precisamente el de la Destiladera S.L. de Breña Alta. La organización de una feria insular de productos elaborados por esta población, con el objetivo de mostrarlos y venderlos, así como para detectar nuevos mercados, tampoco debe caer en saco roto.

La prevención de actividades de riesgo y de accidentes en la vía pública ha de ser otro objetivo. El incremento de los semáforos con señales acústicas, con el fin de potenciar la autonomía de las personas con graves problemas de visión, o la definitiva supresión de barreras arquitectónicas de nuestras vías, edificios y transportes, ha de convertirse ya, sin más dilación,en una prioridad de los gestores públicos en la isla.

También, las distintas Administraciones deberían hacer un esfuerzo en aumentar el porcentaje de reserva de sus ofertas de empleo público, ahora fijado por ley en el 5% (hasta alcanzar un 2% de la plantilla), para personas con discapacidad, colaborando en la medida de lo posible con proyectos del tipo INCORPORA, que financia La Caixa, y que permite preseleccionar a los mejores candidatos. El fin no es otro que mejorar la integración laboral de los discapacitados. Lo mismo ha de ocurrir con la vivienda, donde deben tener prioridad y una sustancial reserva en la oferta de las viviendas de promoción pública, promoviendo el tipo de casa adaptada o subvencionándola. Con una concepción quizás discutible, acaso equivocada, el objetivo último de la Ley de Dependencia debemos compartirlo todos.

De resto, soy un convencido de la importancia del deporte, y en especial en este colectivo, como medio de integración y de calidad de vida. Pero no sólo el deporte individual, sino también el colectivo, no crean que no disfrutaría con un equipo de baloncesto en silla de ruedas en la isla, como el ADEMI Tenerife, por ejemplo.

En fin, quizás no sean más que ideas sueltas, lo único que desearía es que las políticas públicas que se pongan en marcha en el futuro cada vez tengan más en cuenta a las personas con alguna discapacidad, pero no sólo como sus destinatarios sino, en gran medida, como copartícipes de las mismas. Saludos

4 comentarios:

  1. Muchas felicidades y muchas gracias por este artículo tan interesante y reivindicativo, porque, ojalá hubiera más personas, que compartieran tu modo de pensar sobre este colectivo tan especial y sus necesidades.

    No obstante, me gustaría hacer referencia al término que utilizas, que es lo que habitualmente se hace, de “discapacitados”, “población discapacitada” , “personas discapacitadas”…Teniendo en cuenta que el lenguaje es lo que hace que se formen las ideas y a su vez la realidad final sobre casi todo, creo que tendríamos que ser muy conscientes y justos sobre este tipo de términos, que a mí personalmente me parecen inadecuados. Discapacitado, es algo tan general…dicapacitado, ¿para qué?, ¿Para casi todo, como titulas el artículo? O ¿Para casi nada? Como en muchas ocasiones ocurre. Creo que el término más adecuado sería el de “personas con algún tipo de discapacidad” o “personas con discapacidad”. El hecho de padecer algún tipo de problemática que limite o elimine la capacidad para realizar según que cosas, no supone ser un discapacitado, que engloba un todo. Hablo en estos casos de personas con un tipo y grado de discapacidad que le permite el mantenimiento de cierta autonomía, que es a lo que te refieres, entiendo, en tu artículo.

    Con respecto a las medidas sobre contratación por parte de la administración pública: eliminación de barreras, políticas más activas, etc. Lo comparto completamente contigo. Queda tanto por hacer…Pero bueno, poco a poco se van consiguiendo cosas importantes. Y una gran parte de esas cosas son fruto de un exhaustivo e importante trabajo realizado por las ONG´s. Concienciación, formación, integración, etc…son alguno de los objetivos de las entidades sociales que trabajamos y luchamos por conseguir una sociedad un poco más igualitaria, en la que las diferencias y las limitaciones no supongan un obstáculo para quienes las padecen, sino una oportunidad de enriquecimiento y desarrollo de la solidaridad.

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  2. Ciertamente la Destiladera es una importante iniciativa y ejemplo a seguir en lo que a materia de empleo y desarrollo sociopersonal, para personas con discapacidad se refiere. Además, en San Andrés y Sauces y en Puntagorda, podemos encontrar otros dos importantes proyectos destinados a la integración, a todos los niveles, de este colectivo, “La Tisera” y “La Traviesa” respectivamente, gestionados por “Fundación Isonorte”.

    Aunque la Administración apoya muchos de estos proyectos e iniciativas, es necesario otro enfoque, un mayor refuerzo a las entidades que trabajan para la mejora de la Calidad de vida de estas personas y sus familias. Pero no sólo desde un punto de vista asistencial, como muchas veces ocurre (por desgracias también en mucho otros ámbitos de los Servicios Sociales y de la salud), sino que son esenciales, como defiendes en tu artículo acciones de carácter preventivo y políticas más activas que favorezcan la autonomía, en la medida de lo posible, de todas las personas del colectivo con discapacidad.

    Mi experiencia, tanto a nivel personal, como profesional me ha enseñado que de todo hay, como en botica…pero que, cayendo en el error de la generalización, puedo decir que las personas con algún tipo de discapacidad, tienen mucho más desarrolladas otras facultades como la voluntad, el espíritu de lucha, la humildad, la empatía, el esfuerzo, el afán de superación, la tolerancia,…Son personas que tienden a esforzarse de forma especial en su trabajo, porque les has costado más que al resto acceder a él, hacerse un hueco y ser aceptados. Además, porque a parte del salario percibido, se nutren y enriquecen con otros beneficios “colaterales” a los que muchos de nosotros no les damos importancia alguna, como pueden ser salir de casa y relacionarse con otras personas que no sean sus familias o educadores, sentir que su presencia y su actividad es de utilidad, y un largo etcétera.

    Me gustaría decir, para terminar, que he tenido la oportunidad de ver y percibir que esto que escribes en el blog no son meras palabras que se quedan en la conciencia, sino que realmente estás sensibilizado con el tema de la exclusión social y la discapacidad, con gran predisposición e interés en que las condiciones de las personas pertenecientes a estos colectivos puedan mejorar, aunque sea un poquito. Una vez más, gracias.

    Un saludo.

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  3. Gracias por tus sensibles, atinados y profesionales comentarios. He tomado buena nota. Saludos

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  4. De acuerdo con tus ideas y de acuerdo con los comentarios acertados a las mismas. Cierto que hay que trabajar para las personas con cualquier tipo de discapacidad, y teniendo en cuenta sus diferencias- que van más allá de simples nomenclaturas, como minusvalía, cualquier tipo de discapacidad o, como decían la Asamblea general de las naciones unidas en el año 75, en su declaración de derechos, “los impedidos”. Hay que trabajar en la prevención y sobre todo en la “INTEGRACION Y LA NORMALIZACIÓN” y por ambas partes.
    Quizás sería importante trabajar en la efectiva conciliación de la vida – familiar, social y profesional- de las personas con algún tipo de discapacidad- al ejemplo francés me remito- en que tengan colegios adecuados, cercanos, trabajos adaptados, y lugares a los que acudir sin ningún tipo de barreras, y no en normas aisladas que muchas veces llevan al incumplimiento efectivo, en primer lugar, por las propias instituciones.
    A todos los que tienen algún tipo de discapacidad, y a los que no teniéndola, quieren participar en que se facilite y tenga efectividad la igualdad efectiva, ANIMO.

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