sábado, 17 de octubre de 2009

OFERTA DIFERENCIADA

Parece inconcebible que, desde que se creara el Patronato de Turismo insular en 1983 y llegaran los primeros vuelos charter en 1987, y luego hubiera un moderado desarrollo turístico durante diez o quince años, estemos hoy hablando de un sector en la isla estancado, con signos claros de recesión, por causas en gran parte alejadas de la crisis internacional.


En la actualidad, el turismo juega un papel decisivo en el desarrollo económico de la Isla, sobre todo ante el todavía más incierto futuro de nuestra principal fuente de ingresos: la exportación de plátanos. Y alguno de los motivos de la ralentización del despegue turístico de esta isla no están muy lejos de nosotros mismos. Me refiero a lo que nos cuesta (por indecisión, mala gestión, escaso empuje, “ombliguismo”,...) desarrollar determinadas infraestructuras ligadas a nuestra oferta diferenciada. Precisamente hace pocos días leía en un diario local la opinión del director general para España y Portugal de la línea aérea Air Berlin, sobre el enfoque que debe presidir la promoción turística del archipiélago, y apostaba el directivo por promocionar la diferencia, censurando la marca única para todas las islas.


Los proyectos a los que hago referencia y que se eternizan son, por ejemplo (porque hay muchos otros), el centro de visitantes del Roque de los Muchachos, en Garafía, o el balneario de la Fuente Santa, en Fuencaliente. Se trata de dos infraestructuras que contribuyen al desarrollo rural y que abundan en nuestra oferta diferenciada destinadas a turismo científico y de naturaleza o a turismo de salud, y que no somos capaces de implementar en los tiempos precisos. El cielo, el observatorio astrofísico, los tilos y los nacientes, la Caldera, los volcanes, el senderismo, los fondos marinos, el clima, la cultura, los cruceros... tienen que ser nuestros atractivos y en los que hay que fijar nuestra oferta singular, distinta de las demás islas. Si, además, decimos que el turismo que nos visite también –aunque en menor proporción que en otras islas-, puede encontrar sol y playa (pero perfectamente cuidaditas, porque no he visto yo muy limpia el agua este verano-), miel sobre hojuelas.

En esta dirección, Santa Cruz de La Palma debe jugar un papel importante, aportando su historia, su cultura y su rico patrimonio artístico, en especial en el turismo de cruceros. Pero no sólo logrando que los edificios más señeros de nuestro patrimonio y los comercios y tiendas estén abiertos cuando haya escalas (que es lo mínimo), sino ofertando una ciudad, por muchas razones, atractiva para que el número de escalas siga creciendo. Es más, el nuevo papel dinamizador del Ayuntamiento debe ir acompañado de una nueva política de búsqueda de la “marca” de este municipio, creando una cierta especialización que diferencie a Santa Cruz de otros municipios a partir de sus ventajas comparativas (recuerdo aquella promoción que se hizo en su día, con unos trípticos: “La ciudad y el mar”, “La ciudad y Dios”, etc., que siempre me pareció muy acertada). Para ello, habrá que estimular la elevación de la planta alojativa, particularmente, la hotelera (por supuesto, que la construcción de hoteles de ciudad no puede estar limitada por el PIOLP, este absurdo debe desaparecer ipso facto del Plan), en especial, con la nueva ordenación del litoral (playa incluida) y promover, verbigracia, la construcción del centro de ferias y congresos, previsto también en esta nueva ordenación, o la de un restaurante-escuela, del que carece La Palma únicamente (o de un Hotel Escuela), como centro de formación que, además, contribuiría a poner en valor los entornos de los ex conventos de Santo Domingo o San Francisco, donde –por supuesto- situaríamos el inmueble.

Todo ello con un sector organizado y trabajando duro en la búsqueda y creación de negocio, de empleo y, en definitiva, de economía para la isla. Pero con eso ya contamos. Saludos

3 comentarios:

  1. Por supuesto totalmente de acuerdo contigo pero... Todas esas obras e infraestructuras que comentas, en esta isla, se vuelven faraónicas y tardan tanto en concluirse que, cuando lo hacen, quedan desfasadas. Necesitamos celeridad en todo ello. No vale que estemos preparados dentro de 15 años para acoger al turismo que viene ahora. Siempre vamos muchos pasos por detrás de lo que se exige en cada momento. Es en este instante cuando tenemos que especializarnos de verdad. Cuando tenemos que empujar con fuerza todos en la misma dirección. Da igual de quien sea la idea, debemos hacerlas comunes porque el interés por nuestra isla es común. Me encanta la idea de la playa en S/C. Nos acerca al mar porque, aunque está al ladito mismo, ese aparcamiento y ese callado nos mantiene a mucha distancia de nuestro océano. Y, si cabe, hará que tenga más encanto nuestra ciudad. Felicidades a quien la ideó y planificó. Pero por favor, no se eternicen haciéndola.

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  2. Chacho chacho chaaaaacho...el turismo fatal pero el tema del plátano mejor que Paulino ha probado el plátano palmero junto al comisario y todo solucionado (no tiene desperdicio la foto en: elapuron.com). ¿Qué hemos hecho los palmeros para merecernos esto?
    Muy bueno tu artículo Juan...como siempre

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  3. Lo de vivir de espaldas al mar es tristemente demasiado común en este territorio, en cuanto a lo de fomentar otros tipos de turismos me parece acertado, Santa Cruz me parece un ciudad muy interesente y como dices con un patrimonio a destacar, pero hay que tener mucho cuidado con el desarrollo a través de más construcciones, vivimos en una orografía limitada muy limitada y se puede correr el riesgo de perder el encanto y que es para mi uno de los reclamos de tu isla, desarrollo si, pero con orden, a menudo encontramos lugares desarrollados turísticamente de forma demoledora un ejemplo el sur de Tenerife y Gran Canaria donde no queda apenas ni un barranco donde no se haya construido, no se lo que pensará la mayoría pero cuando yo elijo un sitio de vacaciones precisamente no es esto lo que me quiero encontrar.Bs

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