sábado, 5 de diciembre de 2009

¡QUÉ CRUZ!

Confieso (nunca mejor dicho) que no entiendo la pretensión de los socialistas (persuadidos por los independentistas de ERC, expertos en fotografiarse con la corona de espinas en señal de respeto al salir de la iglesia del Santo Sepulcro) de retirar los crucifijos de los centros escolares, especialmente de los públicos. ¿Pero es que todavía subsiste algún crucifijo colgado en alguna clase? Yo estudié el antiguo bachillerato en el Instituto Alonso Pérez Díaz de Santa Cruz de La Palma hace más de veinticinco años y no recuerdo que hubiera ninguno. Tampoco lo había en el colegio APB de la misma ciudad, al menos tras la muerte de Franco, donde cursé la mayor parte de la extinta Educación General Básica. Los dos centros eran públicos, por supuesto. Quizás por ello, no puedo comprender la necesidad de una medida que, gratuitamente, ataca una de las convicciones más arraigadas de los españoles por jubilar cuatro cruces que aún permanecen –en las que muchos ni reparan- en algún colegio aislado, probablemente por acuerdo o indiferencia de los padres. Porque en los centros privados o concertados y, sobre todo, si son religiosos, me parece que es bastante lógico que se exponga un crucifijo; y respetar esta decisión sí que lo juzgo una extensión del derecho a la libertad religiosa, y no lo contrario.

No me gusta esta deriva. Lo próximo será prohibir las procesiones de Semana Santa en la calle, como en 1932, en aplicación de una funesta Ley de Defensa de la República y de un todavía más triste artículo 26 de la Constitución de 1931. Sin duda, uno de mayores errores de la II República. Por contra, uno de los grandes aciertos de la transición española y del vigente régimen de libertades ha sido el de no cometer los mismos dislates que aquella. No dividir a los ciudadanos, alejar para siempre el fantasma machadiano de las dos Españas, no convertirse en un estado maniqueo de buenos y malos, evitar que se ataque caprichosamente principios y creencias ancestrales, construir, en definitiva, un auténtico régimen de convivencia y tolerancia, que es lo que ha pretendido siempre la Constitución de 1978, que no quiso repetir los defectos de la del 31.

En cualquier caso, de continuar por este camino, estoy intentando imaginarme a Zapatero, en una comparecencia en televisión, después de un episodio de Los Simpson, anunciando que los Reyes Magos no existen. A ver si se atreve…

*La imagen se ha extraído de la web http://www.losrealejos.biz/

12 comentarios:

  1. "Está muy bien, no se lo pierdan!!"

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  2. ENHORABUENA, JUAN. ME HA GUSTADO MUCHO. UN ABRAZO

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  3. Muchos compartimos tu opinión. No hace falta dar más detalles históricos que hagan recordar a más de uno que estamos en democracia.Enhorabuena por la sencillez de tus palabras.Saludos

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  4. No puedo escribir en tu blog problemas técnicos. Lo de los Reyes Magos ni lo sugieras¡¡¡¡

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  5. Habrá problemas más importantes ahora mismo en la España actual en los que dedicar esfuerzos por una igualdad y un respeto, que este gobierno se preocupa por unas cruces... Estupendo artículo, saludos

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  6. Querido Juanjo: Qué razón tienes!. Este gobierno ya apuntaba maneras por anteriores palabras/acciones. De hecho, Zapatero siempre ha manifestado su admiración por este periodo- Azaña entre otros-.

    Lo que resulta claro es que se están calcando reacciones y medidas de aquella época. Lo diferente, es que la sociedad ha cambiado- para lo bueno y malo: Muchas grandes ideas luego no realizadas (reforma agraria, mejora del mercado laboral), persecución de la iglesia ¿a qué suena?, y dirigentes que no dieron la talla (juan negrin, canario, entre otros presidentes de la república), consiguieron algo insólito: revueltas sociales ¿donde están los sindicatos hoy en día?, e insatisfacción general. Ello unido a la crisis económica - se repite el hecho- mal llevada con medidas que no se adoptaron o cuando se hizo, de manera totalmente errónea. Las tasas de desempleo crecientes y un aislamiento internacional sin precedentes hacia la España de la II República. -
    Vamos, que esta medida de los crucifijos es más propia de la izquierda revolucionaria de esa época que mencionas que la que correspondería a la época actual. Aunque las similitudes, sin duda,son muchas.

    Olvidamos que la democracia supone el respeto a la diferencia, a la diversidad, pero sin aniquilar ninguna idea siempre que coincida con los principios constitucionales. Por qué será que seguimos fijándonos en la anécdota -crucifijos sí, crucifijos no; imágenes de época franquista sí, o no; nombres de calles cambiadas que se siguen conociendo como calles reales, carrera, general franco,ramblas, a pesar de esos nombres más adaptados a nuestra época- más que en lo importante?.

    Abrazos

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  7. En este blog parece que bastantes han superado y con nota el master "adorame a mí", de acuerdo que estamos en una democracia pero también esta España nuestra esta España mía es acofencionallllllll, y por lo tanto no tiene porqué en la escuela pública ser obligatorio cualquier signo identificativo de alguna de las religiones que coexisten, a lo del comentario que más da un crucifijo parece denotar una total y absoluta falta de respeto para aquellos que este símbolo les supone lo que les supone.Que alguién me explique si no para que sirve que a cada madre/padre se le envíe un formulario a principio del curso donde se da la opción de que tu hijo curse la asignatura de religión o no. Al discurso fácil de que ¿que harán estos rojillos? ¡si sólo les falta quitarnos los reyes magos! me parece eso facilón y populista. En definitiva siento discrepar con la mayoría. Bs

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  8. Gabi eres GENIALLLLLL!!!!!!

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  9. Qué razón tienes!!. Gaby.
    Un saludo.

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  10. Pienso que cada uno lleva su cruz dónde quiere sin necesidad de hacer ruido y en los colegios durante años ya nos adoctrinaron bastante. Estado aconfesional pues con sus consecuencias sin más. Siento discrepar en este artículo pero me parece que las culpas y los símbolos religiosos no deben mezclarse con la política.

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  11. Un libro que he vuelto a leer para tu colección? "Modelos de Mujer" Almedena Grandes

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  12. A mi, personalmente, no me molesta ver un símbolo judío, o budista o... ¿Qué tiene de malo un Crucifijo? ¿Por qué molesta tanto a unos ese símbolo que para ellos no significa nada? Es algo que nunca he entendido. Es el "vive y deja vivir".

    Es cierto que nuestro País es aconfesional pero, si hay una religión mayoritaria es sin duda la cristiana. También es cierto que no todos los creyentes van a misa y cumplen con lo establecido como cristianos pero si respetan los Símbolos por lo que significan. La Fe es algo que se tiene o no se tiene pero hay que respetarla. ¿De verdad ofende tanto un Crucifijo a los que no creen? Repito, no lo entiendo. ¿A quién lo hace mal?

    JJ, estoy totalmente de acuerdo con TODO tu artículo o post.

    Besos a tí y a todos los seguidores de to blog

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