domingo, 21 de febrero de 2010

PARTIDAZO Y NORMALIDAD

Muchos ingredientes de excepción tenía este año la final de la Copa del Rey de baloncesto. En lo deportivo, un fabuloso enfrentamiento entre los dos mejores equipos españoles en la actualidad, MMT Real Madrid y Regal Barcelona, que superaron con cierta suficiencia al resto de adversarios, incluido mi alicaído DKJ Joventut (tengo curiosidad por saber a dónde han ido a parar los réditos por las salidas del club de jugadores del nivel de Rudy Fernández y Ricky Rubio o, en menor medida, de Pau Ribas). Dos plantillas largas y talentosas, muy bien dirigidas desde el banquillo. Y la final no defraudó, aunque sólo hubiera un equipo sobre la pista. Espectacular defensa del BarÇa, que rompió el partido en el segundo cuarto (40-25, al descanso), para acabar destrozando a un maniatado Real Madrid (80-61). Fran Vazquez, que volverá a la selección más pronto que tarde, MVP.

Pero, como saben muy bien los buenos aficionados, en baloncesto son muy importantes también los intangibles. Lo que ocurre es que, en esta ocasión, los “intangibles” son de carácter extradeportivo: uno,la sede de la final (y del torneo, en general) y dos, la presencia de SS.MM. los Reyes, a los que acompañaba el lendakari Patxi López. La final de la Copa volvía a Bilbao (Bizcaia Arena, realmente, en Baracaldo) CINCUENTA AÑOS después, y además con récord de espectadores. La única vez en que la capital vasca había acogido una final de esta competición hábia sido en 1961, aún con la denominación de Copa del Generalísimo. En cuanto a los Reyes, su presencia también era una novedad. Los dos monarcas asistían por primera vez a una final de Copa de este deporte. Don Juan Carlos presidió, no obstante, la final de Málaga, de 2007, por cierto, también entre los mismos contendientes (aunque espero que esto no tenga nada que ver).

Bilbao, Copa del Rey, Reyes, Himno Nacional no es un cóctel muy acostumbrado y, en otros tiempos, casi “molotov”. Como era de esperar, los Reyes (y el Himno) fueron recibidos con división de opiniones: aplausos, de una parte, y sonora pitada, de otra. Pero algo está cambiando en California, digo en el País Vasco, con un lendakari no nacionalista y otro estilo de gobernar. Probablemente, es que,  en realidad,  hayan más vascos de los que se visualizan que, cuando menos inconscientemente, piensen como Julio Salinas, en su intervención en “Password” (programa concurso de Cuatro) hace unas semanas. Vean: Pasword: vasco; Pista: nacionalidad. Respuesta: española. Pista: país. Respuesta: España. Y de ahí no salió el conocido ex jugador internacional del Athletic y del Barcelona. Mas esto, en definitiva, es lo de menos, lo relevante es que acontecimientos como este se celebren con mayor regularidad en Euzkadi, sin que, además, sean incompatibles la legítima discrepancia con el respeto y la tolerancia debida.

1 comentario: