DOS JESÚS

Por Semana Santa*

Esta será una Semana Santa diferente para el Cristo angustiado y combativo de Getsemaní, cuando menos para nuestro Jesús de los Olivos, acostumbrado, durante casi veinticinco años, a la compañía atenta, al cuidado persistente de su cofradía de cargadores u horquilleros.

Todo porque, bajo sus vetustas y amortizadas andas o bajo el nuevo trono del maestro Daranas, falta otro Jesús, Jesús del Pino, hermano de esta cofradía desde los primeros tiempos, buen compañero y mejor amigo, y discípulo vigilante del Cristo del Huerto. Jesús del Pino desertó sin quererlo, no le pudo el cansancio como a los mejores apóstoles de Cristo; se durmió, para no despertar, porque se detuvo su corazón, en la misma plenitud en que se apagó la vida del Redentor, o la de Germán, otro de nuestros hermanos.

Hoy revivimos dos "pasiones", dos pasiones de Jesús. La del de Nazaret, nuestro Dios, que lloró sangre ante su inminente inmolación para redimirnos, y la de Jesús del Pino, nuestro amigo y hermano cofrade, que tantas noches le acompañó, velando por Él –compartiendo su dolor-, bajando la pronunciada pendiente de la calle Jorós o, en las postrimerías de la estación de penitencia, subiendo la cuesta de la calle Molinos.

Por eso, este año nuestro esfuerzo, el de hoy y el de toda la Semana Mayor, lo haremos por los dos Jesús, por el que no es de este mundo y por el que lo fue y ahora comparte el Reino de los Cielos. Estamos convencidos de que el Nazareno, en su agonía de Getsemaní, rezará no sólo porque la Iglesia sepa apartar y denunciar sin miramientos a aquellos que, con su actitud deplorable, mancillan el mensaje cristiano, sino también por él, por Jesús del Pino, y se alegrará de que redoblemos esfuerzos.

* Monición para la Misa anual de la Cofradía de Nuestro Señor del Huerto (Domingo de Ramos, 2010)