domingo, 8 de marzo de 2015

LA POSADA DE LOS SECRETOS, por Eduardo Criado

BREÑA ALTA. El 24 de enero, recibí un whatsapp: Presentación del libro La posada de los secretos en Burgos, acompañado de un vídeo donde acompañaba al autor un saxofonista muy recordado, lo que son las cosas, Miguel López, lo conocí nada más llegar para ser profesor de la  Escuela Insular de Música de La Palma. Fue reencontrarlo en un cruce de extraños caminos. Le envié al autor otro mensaje diciéndole que me gustaría acompañarle y pasear un ratito por la vida juntos. No tardó mucho en pedirme que interviniera. A lo que le contesté que no sabría en calidad de qué (aún no había leído el libro). Me dijo “en calidad de amigo”. Ya era imposible decir que no. Le comenté que quizás en el libro encontrase algún secreto que contar, pero entonces ya no sería secreto. Me respondió que buscase en la “leyenda personal”  entre los papeles de la vida, donde siempre se podría encontrar algo que contar. Así que aquí estoy, con mi regalo.
BARLOVENTO. He leído el libro y les puedo asegurar que no es un libro para lectores con prisas. Para algunos puede ser un libro lleno de mensajes, y simplemente ubicaran  La posada de los secretos en un pueblo con ferrocarril al que nunca llegará el tren. Pero para aquellos que estén dispuestos a dejarse romper por dentro y abrir el alma, el libro les llegará como un torrente de pasión desbordada por la vida, por el amor y por la amistad.
LOS LLANOS DE ARIDANE. René Lavand es un ilusionista de cartomagia argentino, fallecido recientemente, al que admiraba porque, siendo niño, había perdido en un accidente la mano derecha, y manejaba la técnica como nadie. Ejemplo de que nada es imposible o todo posible. Lavand decía: “La cosa no está en lo que se hace sino en cómo se hace,  la cosa no está en lo que se dice sino en cómo se dice y sobre todo en cómo se mira cuando se hace y se dice”. Y esto es lo que ocurre con el autor al escribir este libro, cómo mira cuando hace y dice.
S/C DE LA PALMA. Al leer el libro he encontrado muchos momentos que he sentido como vividos, es la ventaja de conocer al autor, y poder contar algunos secretillos. Como todos sabéis, Juan José es canario, natural de Santa Cruz de la Palma, capital de la isla de San Miguel de La Palma. Una isla donde el tiempo y las distancias marcan un carácter en sus gentes, con sus amaneceres de mar amarillo y grises del atardecer. Allí conocí al autor, donde viví unos años. Es más, tengo que confesar que tengo un hijo palmero.
GARAFÍA. Ya saben que una isla se define como una porción de tierra rodeada de agua por todas partes, pues bien, La Palma no es eso, La Palma es una porción de tierra unida al cielo por sus cumbres que atrapan las nubes que traen lo vientos alisios, dejando la lluvia horizontal, un balcón al infinito desde los observatorios astrofísicos del Roque de los Muchachos, una porción de tierra unida al mar, que ha llevado y traído a sus gentes por todos los confines de la tierra y ha traído y atraído a todos aquellos viajeros soñadores del mundo.

TIJARAFE. El filósofo alemán Goethe escribió: “Conoces la tierra de los limones en flor, donde las naranjas de oro brillan, entre las hojas oscuras, donde el cielo azul sopla un viento apacible, el mirto está tranquilo y el laurel está espléndido ¿la conoces acaso?”. No dejen de conocer La Palma es más que eso, conocerán sus volcanes, sus bosques de pinos, sus plataneras, su laurisilva y quizás también el ñame con sus secretos.
PUNTAGORDA. Y para secretos, en esta esquina de la isla donde la primavera borda con los almendros en flor los atardeceres amarillos.
EL PASO. Antes de conocer al autor, conocí a sus padres por motivos de mi profesión. Él no puede dejar de referirse a ellos en el libro, en esa escuela de familia. Les aseguro que le imprimieron carácter, sentido de la responsabilidad, afanes de superación… pero sobretodo valores como amor, respeto, generosidad y amistad. Con ellos comenté en una ocasión el consejo que me dio un viejo maestro en México, y me decían que eso era lo que pretendían trasmitir a sus hijos con sus enseñanzas: “Siembra un acto y cosecharas un hábito, siembra un hábito y cosecharas un carácter, siembra un carácter y cosecharas un destino”.
VILLA DE MAZO. De sus hermanos tengo un recuerdo especial, con ellos las risas y el optimismo contagian a su paso. En el caso de Vevé, su hermana, se puede apreciar en las ilustraciones del libro. Para ella siempre tendré presente que fue la primera persona que me visitó tras mi regreso a la Península.
TAZACORTE. En La posada de los secretos, el autor nos muestra su librería, pero yo, perdonen la inmodestia, tengo en la mía otros libros del autor. Esto que les cuento es otro secreto, es un experto en esas materias que llevan aparejados estereotipos de sesudos profesores que se dedican a la legislación administrativa. Como pueden apreciar el autor no se asemeja a esos eruditos pero él sí que lo es. Lo que les confieso es que se me ha hecho muy difícil leer esos libros, mejor dicho… no me he atrevido con ellos.
FUENCALIENTE. Lo que sí confiesa en el libro es su pasión por la Semana Santa, tiene un libro sobre historia, arte, costumbres de ella en Santa Cruz de la Palma. Les dejo otro secreto… jamás pensé que fuese costalero, él me convenció y entonces comprendí aquello de que la fe mueve montañas. En el libro se hacen muchas referencias al esfuerzo y sacrificio en pos de los sueños. Los volcanes de San Antonio y Teneguía son como guías en la naturaleza de lo mismo.
PUNTALLANA. Tuvimos la oportunidad de conocernos en avatares políticos en la hoy tan denostada dedicación y tan criticados ejercientes. No voy a polemizar sobre si somos de este color o bando, pero sí descubriré que el autor me enseñó que la política sin principios, sin un ejercicio honrado y ejemplar de la misma socava los principios de la justicia social, del bienestar, en definitiva, los principios que nos definen como seres humanos. Él lo relata muy bien en las enseñanzas familiares y en las lecturas de los libros de su tío.
SAN ANDRÉS Y SAUCES. Siempre he pensado si el autor era anti algo, sí que lo era, de la necedad, la ignorancia y el fanatismo, y si era de algo o de alguien, y lo era de la educación, la formación y el respeto, tendiendo puentes entre los pueblos y las personas como los puentes de San Andrés y Sauces. Algún día igual escribe la aventura que vivimos en la política, persiguiendo sueños de una sociedad mejor.
Tengo muchos más secretillos como les dije al principio, pero la prudencia me indica que debo guardarlos. Quizás en el próximo libro hablaremos de ellos. El camino continúa con sus señales amarillas, aquí te dejo un mapa por si te pierdes. En El Bierzo hay posada.
[Transcripción de la intervención del doctor Eduardo Criado Fernández en la presentación del libro La posada de los secretos en Burgos, el 19 de febrero de 2015. Criado Fernández, natural de Ponferrada (León), es médico-cirujano y en la actualidad gerente de Atención Primaria de la comarca de El Bierzo (León). Con anterioridad fue director médico del Hospital de El Bierzo. Durante veinte años ejerció su profesión en La Palma, en el Hospital de los Dolores, en la antigua Residencia Sanitaria Virgen de las Nieves (y en el hoy Hospital General de La Palma) y en el centro de salud de Santa Cruz de La Palma]

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