martes, 11 de diciembre de 1984

TENERIFE: EGOISMO BASQUISTA
J.J. Rodríguez-Lewis*
Publicado en la revista deportiva Nuevo Basquet, en 1984

Aquí, en Canarias, ocurre algo peculiar en lo que concierne al Baloncesto. Esta peculiaridad radica en el egoísta y unilateral deseo de las “huestes del chicharro” (véase cariñosamente tinerfeños) por abarcar todo el inteligente deporte de la canasta. Decir esto desde una isla marginada en este aspecto, puede inducir a pensar, a quienes me leen, que se trata de conjeturas de parcialismo desmesurado y dolido. Pues, la verdad, dolido sí que es, ahora conjeturas no son, porque los hechos que refrendan mi aseveración están constatados y refrendados.

Tenerife domina ampliamente, y diría más, apabullantemente el “basquet” de las islas (féminas aparte, donde Gran Canaria parece imponerse con relativa frecuencia). Ahora bien, estamos barajando términos de nominalismo geográfico de carácter especialísimo: aludimos a islas y no a provincias. Las islas de Tenerife, La Palma, El Hierro y La Gomera forman (¡aún creo!) la provincia de Santa Cruz de Tenerife. Esto, a todas luces, quiere decir que fomentar el baloncesto en la provincia significa, al menos en teoría, hacerlo al unísono o paulatinamente en las cuatro islas que forman la susodicha provincia (ecuanimidad, digo yo). Pues no, fomentar (en todos los aspectos) el baloncesto en esta provincia significa ¡únicamente! hacerlo en la isla de Tenerife, a la sazón capitalina, y que como una ingente aspiradora, todo lo ingiere y nada expulsa. Las demás islas (una misma provincia, que quede claro): ¿se mueren de hambre?

La Palma, por otro lado auténtica cuna del baloncesto canario y de otras muchas cosas que no vienen a cuento, lleva a cabo una autoalimentación (sin clorofila adquisitiva) de forzada dedicación por parte de unos pocos “misioneros” amantes del deporte de moda. Las subvenciones, o no aparecen o llegan demasiado tarde y en cantidades ínfimas. El representativo de 2ª división tuvo que desistir de su competición por insalvables problemas económicos (la obligatoriedad por parte de la F.T.B. de hacerle jugar en una cancha a 5 kilómetros de la ciudad -¡qué lejos, no!- y las anteriores mentadas subvenciones, causas determinantes).

Los equipos masculinos de base de la isla, a un lado sus éxitos regionales poco valorados en la vecina isla, tienen que hacer “rifas” y otros menesteres de la misma analogía para poder estar presentes anualmente en las Fases Provinciales de sus respectivas categorías. Los femeninos, hasta hoy, no han participado en Fase Provincial alguna, habiendo equipos en la isla, porque “haberlos, haylos.”

El centralismo “chicharrero” se hace notar en la actualidad con las preselecciones provinciales. La del año “68” es ejemplarizadora: de veintiún seleccionados, sólo un palmero, cuando de La Orotava, cantera infinitamente inferior a la palmera, hay tres. Pero la burda maquiavélica tinerfeña no acaba ahí: ése único seleccionado no pudo acudir a la cita convocada por I. Cantó, segundo de Nolís, porque no se le proporcionaron medios para el traslado (S/C de La Palma – S/C de Tenerife ¿se puede ir en coche?), ni tan siquiera se le avisó de la cita. Inaudito.

La Gomera, con un equipo en 3ª división, deambula tristemente por las canchas del devenir basquista sin progresión, al carecer de medios. Los equipos inferiores, o no existen o no nos es posible saberlo. Continúa sumisa al “padre Tenerife” (mejor “padrino Tenerife”, porque se limita a apadrinar y no a velar por sus hermanos, no hijos).

En El Hierro ¿qué es el baloncesto? ¿se conocerá tan inteligente deporte? Interrogantes que espero no sean retóricos y tengan respuesta. En fin, para terminar, una llamada al timonel: “¡Tenerife, suelta amarras!
*17 años

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