EL CANARIAS DE MADRID

J.J. Rodríguez-Lewis
Publicado en Diario de Avisos, el 18 de noviembre de 2008

Conviene advertir, desde un principio, que este Canarias de baloncesto nada tiene que ver con el club nacido pocos años antes, en 1939, en la ciudad de los Adelantados, ni con otro Canarias que compitió en Santa Cruz de La Palma, a mediados de los años sesenta. El Canarias de Madrid fue uno de los principales equipos de baloncesto de España en la década de los cuarenta, integrado casi en su totalidad por jóvenes procedentes de las Islas Canarias, especialmente de la isla de La Palma, y de ahí su nombre. Recuerdo que para mi padre y sus amigos, que habían vivido directa o indirectamente el baloncesto insular, este Canarias y la reputación de haber sido la cuna del basquet en las islas eran como la carta de presentación de un pasado glorioso en este deporte que nos situaba de alguna forma –y para siempre- por encima de proyectos aventajados que ya proliferaban en otras islas.

Este equipo/club (en aquellos años, equipo y club eran normalmente la misma cosa) se funda sobre 1943 por los jóvenes estudiantes palmeros Elirerto Galván, Sergio Pérez Escanaverino, Manolo Perera, Ramón Ramos y Mariano Rodríguez, además de por el tinerfeño Eugenio Machado (creador años más tarde de la sección de baloncesto del Náutico de Tenerife). Para presidirlo, encuentran a otro palmero, el arquitecto Pelayo López y Martín-Romero. Se inscriben por primera vez en la competición castellana en la temporada 1943-44, en el último escalón, la tercera categoría de aquella federación, y con el nombre de su patrocinador y distrito: Zona Primera. Los imberbes canarios terminarían proclamándose campeones de la categoría. En mayo de 1944 lograrían incluso un torneo menor, la Copa de San Isidro.

Un año más tarde (temporada 1944-45), ya están jugando en segunda categoría, ahora con otro patrocinador y denominación, el de la compañía Standard Eléctrica, bajo el paraguas de la Obra Sindical de Educación y Descanso, una de las nuevas estructuras del Régimen que más apuesta por el baloncesto (como el S.E.U., el Frente de Juventudes o la Sección Femenina). Los “esencialmente” palmeros, afincados en Madrid, vuelven a conseguir el ascenso, en este caso a la máxima división de la Federación Centro, donde coincidirán con los mejores equipos de la capital de la época: S.E.U. (de Gámez y Pinedo), Canoe (con “Cholo” Méndez, de entrenador), América (de los ya mayores hermanos Alonso), Liceo Francés (club creado por Saporta) o con el propio Real Madrid (de Lozano y Villaamil). Para esa temporada (1945-46) ya adoptan el nombre de Canarias, y finalizan quintos del campeonato regional.

 

Este Canarias llegaría a su cénit el año 1947, aún con Rodríguez, Galván y Machado, cuando conseguiría el subcampeonato de España (XI Campeonato de España/VIII Copa del Generalísimo), participando en la que pudo ser la primera liga nacional de baloncesto, aunque luego no tuviera la continuidad necesaria para que esté así considerada (temporada 1946-47). Los canarios, terceros tanto en la competición madrileña (tras América y Real Madrid) como en la liga regular (tras Barcelona y Montgat), superarían al Liceo Francés (donde ahora jugaba Pinedo) en los cuartos de final (34-40, en casa, y 24-35, fuera) y al Montgat (del internacional Juan Dalmau), en polémica semifinal (45-30 a favor de los catalanes en el partido de ida, y 46-25 para los afincados en Madrid, en la vuelta), que estuvo a punto de repetirse por unos singulares incidentes arbitrales (realmente nada que no fuera habitual cuando arbitraban un catalán, Marqués, y un castellano, García Pla). Finalmente, la Delegación Nacional de Deportes, presidida por el teniente general Moscardó, desautorizando a la Federación, daba por buenos los resultados. Para valorar lo conseguido por los “nuestros”, será suficiente con indicar que el Real Madrid, con Anselmo López de entrenador, había terminado 4º en la Liga (eliminado por el Barcelona en semifinales) y el Juventud de Badalona 7º (fuera de la fase final).

El Canarias jugaría la final contra el potente Barcelona, que aquella temporada era prácticamente una selección nacional (en los últimos años se había hecho con Pedro Carreras del antiguo SS Patrie y Ferrando del Layetano, con Miguel Carreras del Español y Manolín Martín de Sant Feliú y finalmente con Galve y Kucharski también del Layetano), y había finalizado la liga imbatido. El partido se disputaría el 13 de julio en Zaragoza, en la cancha del Club Natación Helios, bajo la dirección, para evitar suspicacias, de los aragoneses Moreno y Serrano. El encuentro finalizaría con la victoria culé por 39-25 (sólo 13-12 al descanso), resultado en el que tuvo mucho que ver la temprana eliminación, por lesión, del tinerfeño Machado. Por el Canarias, anotarían Galván (10), Tarrío (2), Machado (4), Rodríguez (1), Altura (4) y Portillo (4); y por el Barcelona, M. Carreras (4), Manolín (2), Galve (8), Ferrando (13), Kucharski (12) y P. Carreras. Los mejores de los “canarios”, según “Marca”, serían precisamente Elirerto Galván y Eugenio Machado. Todavía el Canarias volvería en otra ocasión a la fase final del Campeonato de España-Copa del Generalísimo. Fue en la temporada 1948-49 (previamente habían ganado la Copa de Otoño al Real Madrid), cayendo esta vez en la ronda preliminar ante el Canoe del jugador-periodista Carlos Piernavieja.

El equipo, en fin, va a morir con el abandono progresivo de los jugadores canarios que, poco a poco, regresan a las islas, haciendo cada vez más difícil la conformación del equipo. A ello, contribuyó la postura intransigente del Canoe que, en la temporada 1949-50, obviando estas dificultades, se opuso a la ampliación del plazo de presentación de las licencias que solicitaban los “canarios”. Por cierto, los “palmeros-madrileños” jugaban sus partidos en una pista de tierra del distrito de Barceló, dónde había que eliminar la arena para evitar resbalones, compitiendo con frecuencia en la mejor cancha cubierta de la época, el Frontón Fiesta Alegre, dónde disputaba sus partidos el Real Madrid. Serían dirigidos en sus mejores temporadas por Jacinto Ardevínez, que también sería entrenador del Real Madrid, seleccionador nacional y primer árbitro internacional del baloncesto español.

Añadamos, por último, que durante los veranos, cuando los jóvenes palmeros volvían a la isla, solían constituir, junto con Raúl Galván y Chano, el equipo del Arsenal, formación pionera que va a pervivir hasta los años sesenta. A los “arsenalistas” puede considerárseles uno de los mejores clubes palmeros de la historia, en los años cuarenta alternando con las secciones de basquet de los equipos de fútbol y en los cincuenta, cuando apenas se mantiene Elirerto Galván jugando sus últimos partidos, disputándole la supremacía insular al Frente de Juventudes. Son significativas sus victorias sobre el campeón de Tenerife, Educación y Descanso (1944), que capitaneaba Emilio Alonso, precursor del baloncesto en Tenerife, Canarias de La Laguna (1946 y 1953) y Náutico (1953), dónde jugaba un buen amigo de sus componentes, Eugenio Machado.

Por todo ello, el Canarias de Madrid constituye parte inseparable y brillante de la historia de nuestro baloncesto insular, que el pasado día 30 de octubre cumplía 75 años de su primer partido reglamentario y probablemente 80 de los primeros lanzamientos a canasta.