viernes, 17 de octubre de 2008

LOS ORÍGENES DEL BALONCESTO PALMERO

J.J. Rodríguez-LewisPublicado en Diario de Avisos, el 16 y 17 de octubre de 2008

El pionero por antonomasia de nuestro baloncesto, Miguel Bethencourt Arrocha, señalaba hace algunos años que este deporte, aún bajo el original barbarismo “basket-ball”, se había iniciado en La Palma en octubre de 1933. El número correspondiente de la revista “Algo” ofrecía una suerte de reglamento para su práctica, lo que permitió a los precursores palmeros, con la ayuda de su maestro Miguel Hernández, organizar el primer encuentro de baloncesto en la isla, en un pequeño huerto a lado de la actual ubicación del que fuera Parador de Turismo, el 30 de octubre de 1933.

Recientemente el Juventud Laguna de Tenerife, club decano del baloncesto canario, conmemoraba sus 75 años de existencia, fijando su nacimiento en 1932. Téngase en cuenta, además, que el Juventud Laguna, en sus inicios el Juventud Católica de La Laguna, tampoco fue el primer equipo/club de Tenerife, que -parece ser- o fue el Lord Clive o fue el Olympic BBC. La lógica conclusión es que ambos datos (el del desaparecido Miguel Bethencourt y éste), de ser ciertos, pondrían en discusión la paternidad del basquet canario que tradicionalmente se ha atribuido a La Palma. Eso sí, alguna explicación tendrá que haber, porque este reconocimiento se produce desde los primeros tiempos, y no sólo por los palmeros, sino también por los propios tinerfeños. Discusión, por cierto, que ya la hubo a finales de los años ochenta y principios de los noventa por sendos artículos en prensa de Gilberto Alemán y Octavio Rodríguez, que atribuían el origen de este deporte en Canarias a Tenerife, y luego rectificados. En Gran Canaria, en cambio, el baloncesto comenzaría oficialmente en 1943 y con carácter informal en 1940, por lo que con esta isla no habría litigio posible.

En consecuencia, o el baloncesto en La Palma empezó antes del mes de octubre de 1933 o el Juventud Católica de La Laguna, como club de baloncesto, no nació realmente en 1932, sin que quepa controversia, por supuesto, sobre su condición de decano. Apuntemos que la Juventud Católica (JCE) fue la rama juvenil de Acción Católica (ACE), que se constituiría durante el Directorio militar primorriverista a partir de 1924, adquiriendo su plenitud inicial en 1927, cuando se celebra el I Congreso Nacional. Este grupo tenía como fin la formación religiosa de los jóvenes católicos a través de un sistema basado en la apertura de centros parroquiales, incorporados a su vez en uniones diocesanas, que organizaban actividades culturales, deportivas y religiosas. La Juventud Católica se fundaría precisamente antes en La Palma (por Miguel Sosa, en noviembre de 1929) que en Tenerife. Quizás, sólo quizás, lo que se crearía en 1932 en la Laguna fuera un centro de la Juventud Católica, ya convertida –se supone- en Juventud de Acción Católica, y no un club/equipo de baloncesto con esta denominación. Otra cosa distinta sería que, más tarde, en su seno y entre sus actividades, se forjase un equipo de basquet, lo que cohonestaría con lo señalado por J. Velázquez en un artículo reciente, en este mismo diario, precisando que los integrantes del Manchester CB y Lord Clive nutrieron las filas del Juventud Católica Laguna en 1939, acabada la Guerra Civil, sólo unos meses antes de la fundación del CB Canarias, continuador, en este caso, del pionero Olympic, o por el propio Enrique González, en otro comentario publicado en prensa, en 2006. Es más, está comúnmente aceptado que el precursor del baloncesto en Tenerife fue Enrique Alonso, que lo aprendió y jugó en Cuba, de dónde regresó en 1933, fundando el primer club de baloncesto tinerfeño en 1935. Ítem más, el propio Enrique Alonso, que viajaría a La Palma en 1944 con su equipo, el Educación y Descanso, campeón de Tenerife, ya reconocía entonces que era en La Palma dónde se había empezado a practicar el aún “basket-ball”.

Por otro lado, es probable que el 30 de octubre de 1933 sea la fecha del primer encuentro semioficial de baloncesto en nuestra isla y el 17 de enero de 1934, la del inicio del primer campeonato insular (encuentro Zeus-Spartaco), pero no la de cuándo efectivamente se empieza a experimentar este deporte en La Palma. Sobre el particular, hemos encontrado una referencia que sostiene que los inicios de este deporte en la isla se remontan a 1928, dato que no puede desdeñarse por muy equivocado dada la proximidad temporal de la reseña.

Hipótesis al margen, el baloncesto insular empezó jugándose en un terreno, sin las medidas reglamentarias, ubicado junto al antiguo Parador de Turismo, que se conocía como el huerto de don Armando Yanes. Luego, a principios de 1934, se pasaría a jugar en el patio del Cuartel de Infantería (se publicitaba como campo de la Federación), gracias a la mediación de Alfredo Díaz Moreno, acaso el otro personaje destacado en los primeros años de nuestro baloncesto, como pionero, organizador, árbitro, federativo y hasta cronista de este deporte en los años 40, cuando firmaba sus crónicas con el acrónimo “Aldimo” (actividades que, en parte, también desarrolló en otras disciplinas, como el fútbol o la colombofilia). En aquel todavía tosco baloncesto primigenio, se utilizaban para las canastas las cestas de empaquetados de tomates, que no dejaban traspasar el balón (por lo que había que subir a recogerlo), como en los primeros tiempos del baloncesto internacional, aprovechándose las tapas de los cajones de tejidos de la época para los tableros; el balón, en fin, era de piel de badana, como los de fútbol.

El primer campeonato del basket-ball insular, organizado por una incipiente federación, se va a desarrollar, por tanto, en la temporada 1933-1934 en las “canchas” referidas, la mayor parte de los partidos arbitrados por los citados Díaz Moreno y Bethencourt Arrocha. En aquella prístina competición participaron los equipos del Rayo, Terror, Hércules, Spartaco, Zeus y Arsenal, que tienen el privilegio de ser los primeros clubes/equipos de baloncesto palmeros (el Palma se crearía a finales de esa temporada) y, por ende, de Canarias. Como vemos, el Rayo recurre a una denominación de moda en el baloncesto español, ya que el Rayo Club de Madrid (de los hermanos Alonso) había sido el primer vencedor del campeonato de España (1933) y el Arsenal (como el Manchester tinerfeño) pone de manifiesto la influencia del fútbol inglés en las islas. Los jugadores más destacados de este primer campeonato fueron, entre otros, Arnoldo, Paco, Blas y Carballo (Rayo), Félix, Miguel y Adelto (Terror), Ángel, Cárdenas y Sabater (Hércules), Mendoza y Juan (Spartaco), Arozena, Domingo y Telesforo (Arsenal) y Kerensky, Domingo, Chelo y Aníbal “el cubano” (Zeus). Precisamente el Zeus sería el primer campeón. Los encestes aún se conocían como “tantos” o “basket”, las demarcaciones entonces eran las de defensas, medio y delanteros y los partidos se disputaban normalmente los domingos. Por cierto, que pronto se pondría en marcha también la competición en el Valle de Aridane (1934), disputándose los partidos en un campo de tierra en la calle Calvario, y en la que sería campeón el potente Pirata BC, de Severo Rodríguez y Carballo.

El segundo campeonato insular (temporada 1934-1935) se celebraría ya en el patio del Parque de Recreo. Cancha que se convertiría en centro neurálgico del basquet insular durante dos décadas, aunque también acogiera otras disciplinas y espectáculos públicos (boxeo, lucha canaria, riñas de gallos, cine de verano, etc.). En este torneo repetirían el Rayo (Adolfo, Toñín, Carballo, Arnoldo, Mariano), el Terror (Cárdenas, Miguel, Antonio, Estrella, Félix) y el Arsenal (Antonio, Domingo, Lorenzo, Ezequiel, Paco, Sergio), además del nuevo Palma, que se había hecho con los servicios de Kerensky y Gonzalo (Juan, Angelito, Tomás, Elías) y el Octubre. Arbitraría especialmente los encuentros el precursor Miguel Bethencourt. La final la jugarían el Terror y el Palma, de cuyo resultado no hemos encontrado noticia alguna.

El tercer campeonato de nuestro primitivo baloncesto de anteguerra, organizado por la Federación de Santa Cruz de La Palma (Los Llanos había creado otra), se desarrollaría en la temporada 1935-1936. Se mantienen en la competición el Arsenal (Ezequiel, Domingo, Sergio, Chano y Augusto, “fichado” del Rayo) y el Terror (Miguel, Cárdenas, Sabater, Estrella y Mariano) convirtiéndose así en los equipos pioneros de nuestro baloncesto con más larga trayectoria. Repite de la temporada anterior el Octubre (Arrocha, Castillo, Toledo, Concepción y Horacio) y se incorporan ese año el Victoria, el Fomento (Agustín, Raúl, Rafael, Cabrera y Julio) y el Artístico SC. Los partidos se seguirán disputando en el Parque de Recreo, arbitrados, entre otros, por el Sr. Cabezola. El Terror, por Santa Cruz de La Palma, y el Pirata, por Los Llanos, se impondrían en una Copa previa que se disputaría como antesala al campeonato, y que provocaría un cruce de acusaciones entre ambas federaciones por la supuesta apropiación indebida de 30 pesetas destinadas a los trofeos. En esta temporada, por lo demás, aparecen los primeros equipos de base (infantiles), como los del Palma y Arsenal. En julio de 1936, en fin, tendrían lugar dos enfrentamientos entre las selecciones de Tenerife y La Palma, en el Stadium del C.D. Tenerife y en el antiguo campo del Hespérides, organizados por el Comité Pro Olimpiada Popular de Barcelona, en los que participarían por La Palma Sergio Pérez Escanaverino, Severo Rodríguez, Manuel Pérez Acosta, Kerensky Arrocha y Miguel González, a los que acompañaban Antonio Molina, como representante del Comité en La Palma y Oscar Pérez Algarrada, como directivo. De esos encuentros saldría una selección canaria, para participar en dicha “Olimpiada”, que formarían sólo jugadores palmeros más el tinerfeño Emilio Alonso, vista la superioridad demostrada por el “quinteto” de La Palma en ambos partidos. El viaje a Barcelona, previsto para el día 18, lo frustraría de raíz el levantamiento militar.


Estos primeros años de nuestro baloncesto, todavía de “basket-ball”, finalizan ya empezada la guerra, en la temporada 1936-1937, cuando aún se celebra un nuevo campeonato (el cuarto) con la participación del Rayo, Teide, Arsenal, Victoria, Terror y Minerva y se convocan los primeros exámenes oficiales de árbitros por el Comité Federativo de Basket-Ball. Entre los favoritos: los “históricos” Arsenal y Terror, sin que nos conste el desenlace final de un torneo que vuelve a tener el Parque de Recreo como sede.

Y hasta aquí esta aproximación a la prehistoria de nuestro baloncesto, que ubica a La Palma entre los primeros lugares de España donde se empezó a jugar a este deporte -repárese en que el primer campeonato de España se disputa en 1933 y que las competiciones en Madrid habían comenzado en 1931-, si exceptuamos a Cataluña, donde desde 1921 había introducido el baloncesto, desde Cuba, el padre escolapio Eusebio Millán.

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