lunes, 29 de noviembre de 2010

LA TEMPORADA DE VALLADOLID (1975-76)

En la novena temporada del C.B. La Palma se produce una importante reestructuración en las distintas categorías del baloncesto español. La Asamblea Nacional de la Federación Española de Baloncesto, reunida en Madrid los días 30 y 31 de mayo de 1975, acuerda crear un único grupo de Segunda División, con 18 equipos (aunque luego sólo la disputarían 13), donde se integrarían los primeros clasificados de los tres grupos existentes de esa categoría entonces (dos peninsulares y uno insular). Del grupo canario, por su singularidad, sólo Náutico y Canarias conseguirían engancharse a esta división, al haber sido los dos primeros clasificados de la temporada anterior . Por lo tanto, el resto de los equipos del extinto grupo isleño de Segunda pasarían a formar parte, por obra y gracia de esta especie de descenso administrativo, del nuevo Grupo X (canario), ahora de Tercera División Nacional, aunque sin los subgrupos de antaño (que conformarían las denominadas Primeras Provinciales).

Aquel verano de 1975, la Fiestas de la Bajada de la Virgen nos traerían un interesante Torneo, que se disputaría, con lleno todas las jornadas, en la cancha de la Ciudad Juvenil los días 3, 4 y 5 de julio. Un reforzado C.B. La Palma contendería contra el Real Club Náutico de Tenerife (Ventura de la Rosa, Tato Rodríguez, Peri Quintero, José Luis Sánchez del Río, Berto Cejas, Richi Bethencourt, José Manuel Hernández, Paqui Sanz, Ramón Moliné y Juan Antonio Henríquez) y contra un combinado de la A.E.B.I. (Asociación Española de Baloncestistas Internacionales), formado por los históricos Enrique Margall, Nino Buscató, Alfonso Martínez, Javier San Juan, Santiago Navarro, Agustín Bertomeu, Emiliano Rodríguez, Chus Codina, Julio Descartín y Pepe Laso. A La Palma, no obstante, la reforzarían los norteamericanos Earl Beechum, del Hospitalet, y Lee Palmer, del Manresa. El triunfo sonreiría a los ex internacionales, que vencerían al representativo palmero por 80-73 y a los nautas por 84-77. En el encuentro de consolación el Náutico derrotaría a La Palma por un ajustadísimo 65-64. El máximo anotador del torneo, y jugador más destacado, sería el americano Beechum, al que curiosamente la AEBI le cedería el trofeo conquistado. La entrega de premios estaría presidida por dos concejales muy ligados al baloncesto insular, Manuel Rodríguez Calderón y Manuel Pérez Cantillo.

La temporada también se iniciaría con una buena noticia, el joven colegiado palmero de Primera División Pedro Hernández Cabrera pasaría a tener la consideración de árbitro principal, con sólo 21 años de edad. El bueno de Hernández Cabrera arbitraría aquella Liga con Antonio Ballesteros Bonilla, como auxiliar .

La mayor gloria del C.B. La Palma fue sin duda el campeonato de este grupo canario de la reestructurada Tercera División, superando a Claret y San Isidro en última instancia (serían, además, los dos únicos equipos con los que habría perdido, en ambos casos como visitante), y tras un casi inmaculado campeonato (19-1-2). Aquel primer grupo canario de Tercera lo compusieron el Juventud Laguna, San Agustín (Los Realejos), San Isidro (La Orotava) , Tacoronte, Caja Rural (S/C Tenerife), Hércules (Icod), AA.AA. Candelaria (S/C Tenerife), Caja Insular de Ahorros, Claret, U.D. Las Palmas y Pepsi Sansofé (los cuatro últimos de Las Palmas). La Palma debutaría ganando con pocos problemas al Juventud Laguna, donde ya jugaría la gran novedad del nuevo curso, el americano David Kundla, fichado por el club esa temporada, a instancia de Monsalve, en un esfuerzo sin parangón hasta entonces. Uno de los partidos más decisivos de la competición sería la victoria in extremis (57-56) ante el Caja Insular de Las Palmas, después de levantar una diferencia de 19 puntos a favor del equipo grancanario, los mismos que anotaría Kundla. No obstante, los encuentros más determinantes, disputados además en el último tercio de la temporada, fueron los del San Isidro y Claret, en la Ciudad Juvenil, que se resolvieron con sendas victorias de club palmero: 65-48 sobre los orotavenses, con 36 puntos de Kundla y perfecta dirección de Víctor Acosta, y 59-46 sobre los grancanarios, que incluyó la presencia de un delegado federativo enviado por la Nacional, con el propio Kundla, bien marcado (“solo” 20 puntos), y Carlos Navarro [Emiliano] (otros 20), como jugadores más destacados .

Al banquillo palmero volvía su alma mater, Pancho Martín. Y junto al americano David Kundla, la plantilla palmera de aquella temporada histórica estuvo formada por Isidro Castro, Miguel Ángel Martín, Quique Álvarez, Pacucho Pérez, Carlos Navarro [Emiliano], Alejo Cabrera, Víctor Acosta [Donato], Roberto R. Estrello, Paco Pérez [Pemoro], Emilio Hdez. Guardia (el único superviviente de los inicios), Roberto Sicilia, Víctor Ruiz “Regidor” y Javi Pérez (y Efrén).

El campeonato daba derecho a jugar por el ascenso al nuevo grupo único de Segunda División Nacional. Esta fase se disputaría en Valladolid entre los campeones de los distintos grupos de Tercera. La Palma compartiría subgrupo B con Liria (Valencia), Santa María del Mar (La Coruña), Español (Barcelona) y Loyola Indauchu (Bilbao). El subgrupo A lo compondrían Badalona (Barcelona), Cuartel de la Montaña (Madrid), Helios (Zaragoza), Virgen de Atocha (Madrid) y Guadaljaire El Palo (Málaga).

Pese a su inexperiencia y a la falta de la debida mentalización, La Palma realizaría un digno papel venciendo al campeón Loyola Indauchu (96-88), dónde sobresalía el junior internacional Juanma López Iturriaga, y perdiendo, aunque con cierto predicamento, el resto de los partidos (79-67 ante el Santa María, con 35 puntos de Kundla , y 91-79 ante el Español), el último de ellos, jugándose en la práctica el ascenso, por sólo tres puntos contra el Liria (90-87). Precisamente la acaso sorprendente victoria contra los vascos del Loyola estuvo acompañada de una memorable actuación de David Kundla, que anotaría la friolera de 63 puntos, por la que saldría ovacionado del polideportivo vallisoletano de la Huerta del Rey .

La espectacular temporada de La Palma alimentaría entre los equipos tinerfeños la injusta leyenda de que en esta isla se producían auténticas “encerronas”, en connivencia con los árbitros palmeros contra los que se cebaban, incluso cuando el equipo de la isla vencía de forma aplastante. En febrero de 1976, el ex jugador y entrenador José Pedro (Pepe) Arroyo Ramos sustituye a Manuel Rodríguez Calderón como presidente de la Delegación Insular de Baloncesto. En su equipo, incorporará a Manuel Cabezola, como secretario, Heriberto Fernández, como vocal, y a Carlos Martín Herrera, como vocal representante del colegio de árbitros . Por otro lado, Manolo de las Casas y Simón Martín seguían triunfando en el Canarias de Pepe Cabrera, en Segunda División, y Eduardo Aciego se convertía, con el Náutico (campaña 1975-76), en el primer jugador de la isla en debutar en Primera, sin perjuicio de los integrantes del histórico Canarias de Madrid, en los barruntos de la Liga Nacional. Carlos Martín, Eduardo Brito, Carlos Tena, Jorge Morera, M. A. Hernández y J. L. García serían los árbitros más prolíficos de aquel curso baloncestístico, que acabaría con la preselección por la Federación Española de Baloncesto del joven Orlando Acosta Bernad, de 14 años, en una de aquellas famosas “Operaciones altura” de la época.

3 comentarios:

  1. Capi, muy buen artículo..

    Que pena tener sólo 8 años en ese año 75....

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  2. Capi, muy bueno el artículo...
    en la línea de todo el blog...

    Que pena tener sólo 8 años en ese 1975 y no recordar esas vivencias del Kundla por estos lares...

    Salu2

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  3. muy bien el trabajo que realizas juan josé en tu blog, una delicia leerlo

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