Me ha sobrecogido un reportaje que leía ayer tarde en la revista Mujer hoy. Decía esta publicación, que se distribuye con el diario ABC, que en España mueren, por término medio, 70 mujeres cada año víctimas de la violencia de género, pero que, en 2009, en Guatemala fallecieron 847, en El Salvador, 589, en Honduras, 377, y en México, 509. Es más, en estos países, se habla incluso de un auténtico “genocidio de mujeres”. Me pregunto qué es lo que pasa por la mente de estos tarados, que asesinan con tanta ligereza, o cómo se convencen de que pueden disponer de la vida de otra persona, exclusivamente por ser mujer, “su mujer”.
Yo no creo que esta lacra se combata con “rueda de hombres” o con concentraciones silenciosas con ocasión de un nuevo asesinato, que es a lo que estamos más acostumbrados. He llegado a pensar que tampoco ayuda la publicidad de estas muertes, el que sean noticia de forma permanente, contabilizando su número (69, 70, 71…). Sospecho que quizás en la cabeza de estos tarados la violencia machista puede percibirse como un comportamiento extendido en la sociedad, que, por reiterado, lo “normaliza”, lo convierte en común, cuando la percepción debe ser la contraria. Estos criminales no deben sentirse demasiado extraños en la sociedad en que viven, si comprueban que su deleznable actitud la comparten tantos otros. Porque, además, las muertes no son más que la punta del iceberg de un submundo plagado de todo tipo de vejámenes y humillaciones, de maltrato físico y psíquico, de burlas y desprecios sostenidos.
La posible solución, a mi juicio, sólo puede encontrarse en la escuela. También en las familias, pero ahí poco puede hacer el Estado. Debemos dirigir nuestros esfuerzos en educar en la igualdad entre hombres y mujeres (pero esto no quiere decir que todos han de jugar con muñecas y soldaditos de plomo, en una igualdad mal entendida), en inculcar en los niños los valores del respeto y la tolerancia entre seres humanos, del género que sean, y la consideración con el prójimo, en especial con las mujeres. Por eso, también soy partidario de la educación mixta, como defendían los antiguos krausistas, donde el niño-varón puede aprehender desde edad temprana a tratar, por igual, a sus compañeros y compañeras, y a que nadie tiene derecho a sojuzgar al otro, y menos por su condición de mujer.
Me sobrecogía el reportaje, decía: nada menos que 847 mujeres víctimas de la violencia de género en Guatemala en 2009. Una sociedad enferma la de este pequeño país centroamericano. Pero, por favor, dejémonos de eufemismos con este tipo de brutalidad, y llamémosla violencia o barbarie machista, sin otro adjetivo, porque, sin duda, es la muestra más lacerante de esta actitud secular que aún hoy preside el comportamiento de algunos tarados disfrazados de “hombrecillos”.
la violencia de género es una lacra en nuestra sociedad, por eso tenemos que ser valientes y todos y todas luchar para erradicarla
ResponderEliminarSi. Es una lacra, pero realmente soy pesimista en este tema.
ResponderEliminarCreo, al igual que tú, que contar en las noticias que hay una víctima más, contribuye a que estos energúmenos vean que otros piensan como ellos.
Difícilmente en la escuela se puede enseñar lo que no se aprende en casa. Tenemos que ser la sociedad, y en concreto los padres y familiares, los que enseñemos a los niños los valores. Nadie es mejor que nadie. Nadie tiene derecho sobre sus semejantes. Ningún hijo debería ver cómo sufre su madre por culpa de ese que se supone que es una de las personas que más le quieren.
No. No creo que tenga una solución a corto plazo y mucho menos, que sea fácil.
Y mientras la sociedad siga pensando que en determinadas clases sociales esto no se da, estaremos haciendo flaco favor a estas y a todas las mujeres. Cualquier mujer puede sufrir esto. Es tan pausada y lenta la "transformación" de tu compañero en el monstruo que es, que realmente no te vas dando cuenta hasta que ya es tarde. Entonces, ya te ha minado y te ha hecho creer que no vales nada. Solo así, te tiene a su merced. Ahora ya no pones resistencia. Ahora, ya crees que es normal lo que está pasando y no quieres que lo sepa nadie. Es entonces cuando empiezas a usar mangas largas y suéter de cuello alto en verano. Y en invierno, en los días lluviosos y oscuros, llevas gafas de sol. Piensas que es mejor que no se sepa, pero estas equivocada. Hay que gritar al mundo entero lo mala persona que es tu pareja y tu "situación" de dependencia. A veces es dependencia económica, pero la peor, es la dependencia psíquica. Esa es difícil de superar.
Y, si tienes hijos, entonces ya es mucho más difícil salir del infierno. Temes por ellos e intentas ocultar algo que ya saben, porque los niños son pequeños, pero no tontos, y oyen tus súplicas, y los golpes, y te ven llorando, y tus morados, y escuchan las excusas absurdas que se dicen para intentar ocultar algo que debería gritarse al mundo entero.
En fin, querido Juanjo. Perdona que me haya extendido tanto, pero es un tema que me toca muy dentro.
Ojalá algún día consiguiésemos lo imposible. Que todos nos respetásemos.
Comparto tu reflexión desde la primera a la última palabra…Pero me gustaría dejarte también la mía propia, y añadir que, ciertamente este problema jamás se erradicará a base de ruedas de hombres ni la emisión en los medio de cada uno de los casos de mujeres, a las que un “hombre” que las cree de su propiedad, les a robado su derecho a vivir. Pienso que éste es un problema que hay que tratar desde la raiz, desde la base.
ResponderEliminarA parte de que esas no sean las medidas con las que se pueda conseguir un cambio, creo que tampoco ayuda el que se “fragmente” o etiquete la violencia de diferentes maneras: que si la violencia juvenil, que si la violencia de género, doméstica o machista, que si la violencia a los animales. Hay que ver y trabajar para eliminar LA VOLENCIA. La violencia, en general y todo lo que ella conlleva. Y creo que eso sólo se puede hacer con una base muy sólida de ciertos valores, cada vez más en detrimento. Y no sólo educar a las personas en valores como el respeto, la tolerancia, el diálogo, etc. Sino también, muy importante, en la autoestima, el amor a uno mismo, la autonomía personal. El saber hacernos respetar y saber identificar cuando nos están haciendo daño o cuando nos están privando de nuestras libertades, sean del tipo que sean…
Que tema tan importante y que da para tanto, has tratado. Porque incluso haces referencia a la situación de mujeres de otros países que viven en circunstancias socioculturales diferentes a la nuestra. Sitios en los que esa violencia a las mujeres está permitida. Es normal y tod@s la entienden como tal, porque eso va implícito en su cultura y en su forma de vida.
Bueno, sigamos con la esperanza y a ver si tod@s vamos poniendo nuestro granito de arena, desde nuestro lugar en el mundo, para conseguir que algún día esta lacra desaparezca…
Un beso Juanjo!!
Ante esta lacra no se me ocurre nada, es tan fuerte lo que oyes, es un tema tan sensible que de entrada se le queda a uno la mente en blanco. Pero me gustaría decir que no hay que perder la esperanza, hay que pensar que ese machismo profundamente arraigado en el tiempo en nuestra sociedad, se puede superar y que a través de la cultura y de una educación primaria basada en la igualdad y que valore el principio de el respeto y la sensibilidad hacia todas las personas con indiferencia del sexo, se puede hacer. Lo que yo veo también es que otras influencias, como la televisión,videojuegos, entre otras; no ayundan a una correcta educación en este sentido, y si además luego es acompañada con un ambiente familiar en el cuál no se valorán estos principios y no se les de una mayor profundidad... Lo que es evidente es que queda mucho por profundizar en este tema, y que hay que seguir luchando para avanzar.
ResponderEliminarActualmente vivo en Sudamérica, y en Perú la situación es grave,todos los días hay una mujer violada o asesinada por su novio o marido.
ResponderEliminarEstoy muy de acuerdo con lo que ha dicho anonimo el 12 dic. a las 2, lo relata perfectamente y creo que lo ha sufrido, porque es así. Lo triste es que no haya un plan dirigido especialmente a las mujeres, no digo a esconderlas en un piso, o a tener apoyo de unos y otros, creo que la cuestión más importante es el trabajo. Este colectivo necesita más que nadie un trabajo que le aporte seguridad y felicidad, sólo así saldrían del infierno en el que viven porque serían capaces de dejar el hogar, más cuando hay niños pequeños por medio que no tienen porque ver como dos personas a las que quieren discuten, etc.etc. Son personas que cuando están sufriendo no están para estudiar o presentarse a oposiciones, ni siquiera para buscar trabajo en condiciones, porque no tienen la fortaleza ni la cabeza ni la autoestima para mucho más. Esto lo digo a la clase politica, deberían de abrir oficinas de trabajo para este colectivo, en vez de abrir tantas oficinas, despachos o como se llamen de la Administración Pública. En fin es lamentable pero con dinero muchas vidas estarían a salvo, creo yo, aunque es un pensamiento, ojalá el ser humano evolucione hacia la no violencia, empezando por la enseñanza muy importante, porque es triste ver en un colegio como las madres hablan de que enseñan a sus hijos-as a defenderse pegando y hablamos de niños-as de 4 años ¿Que harán estos niños-as cuando sean adultos ? Hay mucho que hacer.....
ResponderEliminar