domingo, 30 de enero de 2011

LA SOLEDAD

La soledad puede ser voluntaria o involuntaria. La verdad es que la diferencia entre una y otra es considerable. La buscada, es decir, la voluntaria, se disfruta, se paladea con complacencia. Es un apartamiento que recupera nuestro espacio vital, y que permite que nos movamos sin limitaciones, sin tropezar con la libertad del otro, con las obsesiones del otro. Nuestra casa nos puede parecer enorme, pero en la dirección positiva, sin el desasosiego de los horizontes infinitos, porque, al contrario, nuestro hogar nos proporciona la paz que anhelamos, el silencio reparador de las buenas sensaciones. No en vano la soledad, la pura soledad, como ha escrito Dulce María Loynaz, es el único lugar realmente nuestro.

La soledad no buscada, o el alejamiento forzado, se padece, a lo más se soporta con aparente resignación. Es un retraimiento impuesto que provoca un sentimiento de desamparo, que normalmente deriva en congoja y melancolía. Es una soledad triste, pesarosa, sufrida, que nos hace daño y que socava nuestra alma demandante de compañía. A esta soledad le tenemos miedo, porque escruta nuestra vida, porque nos pone ante el espejo cuando no queremos mirar. Nuestra casa es también un refugio, pero sentimos las ventanas aseguradas con barrotes y la puerta, bajo siete llaves, confirma nuestro encierro.

Pero la soledad no significa estar solo. Muchas veces vivimos y convivimos con otra persona, o con mucha más gente, y nos sentimos solos. Esta es quizás la peor de las soledades, la más amarga, la que más mina nuestro espíritu. Por el contrario, la soledad acompañada acaso sea la mejor de todas ellas, esto es, cuando compartimos nuestra vida con alguien, pero al mismo tiempo disfrutamos de nuestro espacio en soledad. Cuando podemos acudir a ella en nuestra propia casa, cuando queremos, sin que la presencia del otro la sintamos como una amenaza. ¡Qué sensaciones tan distintas la del que encuentra momentos de soledad buscada en la compañía del otro y del que, en la misma compañía, se siento solo a su pesar!

Decía Carmen Martín Gaite que la soledad se admira y desea cuando no se sufre, pero la necesidad humana de compartir cosas es evidente. Por eso tampoco es bueno eternizar la soledad, porque esta terminará por quedarse, por imponerse sin ser llamada, y entonces ya no será la soledad valiosa y agradable que buscábamos en un primer momento, sino la lastimosa y enfermiza de su doblez.

22 comentarios:

  1. Me he encantado...muy parecido al que escribiste hace un par de meses sobre el silencio. Más o menos tienen el mismo significado.

    Supongo que tod@s hemos experimentado ambas soledades alguna vez, o muchas veces. Pero aunque una sea positiva y la otra negativa y lastimante, creo que ambas son necesarias (una más que otra, claro), para realmente descubrirnos y enriquecernos de nosotr@s mism@s...

    Para mí, la peor de las soledades simrpe es esa que tú describes y que se siente, aunque físicamente no estés sólo...Ese sentimiento que experimentas cuando tienes a alguien a tu lado, pero no lo sientes. cuando le necesitas realmente, pero no está, aunque esté sentad@ en la misma mesa o acostad@ en la misma cama que un@. Esa soledad de tener ilusiones y proyectos, pero sentir que no te acompañan, que estás realmente sol@ en ese intento de elaborar el puzle de tu vida...Pero, lo mejor llega cuando descubres que has conseguido la suficiente formataleza y la sufieciente seguridad, para sentir que, aunque siempre es vital compartir cosas, te bastas a tí mism@ y los sentimientos positivos que puedes experimentar, a través de las pequeñas cosas que sólo cada un@ puede hacer que la vida, y esa casa solitaria sean apasionantes...No obstante, para mí, la soledad perfecta, es la soledad acompañada, aunque no siempre sea la posible.

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  2. No se puede explicar mejor.
    Juanjo; eres un magnífico escritor. Enhorabuena. Da gusto leerte.

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  3. Me ha encantado tu nueva entrada en el blog. Me identifico con tus reflexiones y además me ha servido para meditar un rato. Un beso y gracias por compartirla.

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  4. Me ha gustado mucho tu escrito. Lo he compartido con resto de amigos de Facebook, si no te importa, para que lo disfruten también.

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  5. Hola!! Me gustaría decirte que no estoy de acuerdo con lo que has escrito,"La soledad". Pero realmente es así, lo que has dicho es real... Que disfrutas con ella...Con esa compañía impuesta o deseada ...Y aceptada al final ...Que en un rincón de tú corazón lastimado...Por no entender o quizás porque no te entienden, y así pasa el tiempo...Esperando...

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  6. Ya casi me he enamorado. ¡Eres el mejor! Enhorabuena.

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  7. Bueno, creo que éste, podría ser el segundo artículo de una trilogía, donde el primero sería el de el silencio. Plantéatelo. En cuanto al contenido, cierto como la vida misma. Me considero de las privilegiadas que puedo tener soledad y silencio no impuestos, sino deseados, cuando así lo necesito, y lo mejor de todo: compartidos. Cómo es eso?: porque tengo la suerte de tener amigos que respetan ese silencio y esa soledad, y lo que es mejor: incluso, en el mejor de los casos, comparten conmigo esos momentos. ¿se puede pedir más? . Abrazos

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  8. Esa soledad impuesta es la que siento yo hoy...

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  9. Eres un excelente escritor. Dejas fluir tus sentimientos. ¡Enhorabuena!

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  10. Precioso. ¿Para cuando un libro tipo "la posada"?

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  11. Precioso! y bastante acertada en su descripción. A veces no nos gusta vivir con ella, pero sin ella tampoco sabemos vivir!.

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  12. Me gusta tu publicación. Me transmite que la soledad sería buena amiga siempre que te permita contemplar como eres y al mismo tiempo crecer de manera objetiva.

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  13. Me encanta la soledad cuando la extraño, me duele cuando la siento y es una gozada cuando la busco y la encuentro, jajaja que si me pongo escribo yo también, pero seguramente no tan bien como tú.

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  14. Alucinante reflexión, pero existe otra soledad, aquella que imponen los kilometros de distania. Los quiero.

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  15. Me ha gustado tu descripción de la Soledad. Estoy de acuerdo totalmente con lo que dices y he vivido 2 de ellas, la que es forzada no la he experimentado aún.
    Creo que has sido bastante escueto con tu opinión al respecto. Mi experiencia personal es que la que se siente estando con alguien o rodeado de personas es la peor de llevar para los que no creen en lo divino, en lo espiritual de nuestra naturaleza, están perdidos en una vida sin sentido, en algun momento me he sentido así porque he perdido la Fe y gracias a eso puedo entender a los que no han tenido nunca Fe, que lo pasan muy mal.
    También creo que siempre estamos solos, porque desde que nacemos hasta que morimos todo lo sucede es cosa de cada uno, nadie puede pensar, decidir, sentir por mí, así que relacionarse es parte del ser humano pero no es lo más importante, sólo si cada uno se siente bien consigo mismo entonces es beneficioso rodearse e involucrarse con los demás, sino es un sufrimiento porque uno al no verse en el otro, tener expectativas con el otro, necesitar al otro, culpar al otro por no recibir lo que se quiere......es una cadena interminable que existe porque nunca se ha dado importancia a estar solo para disfrutar de tu interior desde que somos niños, sino todo lo contrario, los padres quieren evitar que sus hijos esten solos y que sean hijos unicos y los empujan a hacer cosas y a estar con alguien en su más tierna infancia, cosa que es la raiz del problema, desde hace miles de años y algún día no muy lejano seremos todos libres de esa ignorancia carencia y libre para sentirnos luminosos todo el tiempo..

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  16. Gracias querido amigo mio.
    I...

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  17. RH (desde facebook)18 de marzo de 2012, 16:27

    Un placer leer tus líneas , te felicito.

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  18. al abrir mi corazón, despues de haber recuperado mi alma, aprecio, amo, quiero y disfruto mis momentos de soledad, en el q doy cabida a todos a los que forman parte de mi vida de una u otra forma, con mayor o menor querencia, más próximos o lejanos en distancia, con afinidad o simplemente de encuentros esporádicos...todos caben en mi espacio cuando me hallo en soledad elegida...
    gracias jj, tu tambien estas presente en momentos de soledad, ¿compartidos?
    un abrazo

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  19. JJ, justo el 30 de Enero, cuando escribías sobre la soledad, yo, buscaba llenar espacios muy vacíos de mi vida, compartir mi soledad con otras personas y me equivoquè. Es mejor la compañía de nosotros mismos, mirando la realidad de los demás y valorando cada instante, descubriendo nuestra verdad y dando sentido a nuestra Vida. Cuando Seamus capaces de estar con nosotros mismos, será màs fàcil compartir ls Soledad con Los demàs. Y por supuesto que no es lo mismo la Soledad de un niño, de un jóven, que la de una persona mayor, entre otras cosas porque esta ùltima no es elegida, la mayoría de veces impuesta

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  20. La soledad no deseada, esa es la peor. La soledad de las palabras, la soledad de los abrazos, la soledad de la pasión, de las miradas no encontradas. La soledad de no poder compartir vivencias con quien realmente quieres. La soledad de la despedida, de los que no te ven y de los que añoras ver. La soledad del silencio cuando todo tu ser quiere gritar. La soledad de los viejos y por supuesto de los muertos. Dios mío que solos se quedan los muertos!

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  21. Sencillamente precioso y cierto. ¡Enhorabuena!

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