J.J. Rodríguez-Lewis
Publicado en Diario de Avisos, en agosto de 1987
Hace, la verdad, mucho tiempo que vengo recriminando la abulia y apatía de comportamiento de los jóvenes de nuestro entorno, de nuestra ciudad y nuestra isla, en definitiva. De modo que, no puedo más que aplaudir y alegrarme sobremanera de la brillante iniciativa de seis jóvenes de Santa Cruz de La Palma, de organizar una formidable muestra de su quehacer artístico en la sala de exposiciones del Cabildo Insular, sita en los bajos de la UNED.
No obstante, esta iniciativa se perderá para los jóvenes, si no se convierte en paladín de otras sucesivas y similares, ora de jóvenes músicos, ora de jóvenes poetas, etcétera. Tiene que ser, por consiguiente, un esfuerzo constante y continuado. De nada sirven esfuerzos efímeros, que se diluyen poco tiempo después. Recoger la inquietud cultural de nuestra juventud es una tarea de estricta sensibilidad de nuestras instituciones.
He comprobado lo falaz de mis primitivas recriminaciones. Es muy probable que estos seis jóvenes artistas me hayan abierto los ojos. No importa, no me molesta en lo más mínimo la rectificación. Es más, me satisface enormemente “gritar” que la juventud palmera está viva. La exposición está abierta hasta el día nueve; merece la pena.
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