lunes, 2 de octubre de 2000

OFERTAS REFORMISTAS

J.J. Rodríguez-Lewis
Publicado en Diario de Avisos, el 2 de octubre de 2000

La oferta política debe centrarse en la preocupación de la gente de La Palma, es decir, sus aspiraciones, sus expectativas, sus problemas, sus dificultades, sus ilusiones. Ya no somos una opción conservadora y nunca hemos sido neoliberales, prescindir de esos “sambenitos” forma parte también de nuestro trabajo de futuro. Empleo, educación y formación, iniciativa, política social, calidad de vida y en los servicios públicos, marcan los ejes de la política reformista, y que requiere La Palma.

Como ha escrito Alejandro Muñoz-Alonso “La sociedad española (y la palmera, por ende) ha dejado atrás el viejo esquema político, que viene del siglo XIX, que trata de encajar actores y políticas en el dualismo derecha-izquierda (aunque los nombres de “derecha” e “izquierda” parecen surgir desde la Revolución Francesa). Un dualismo en el que está implícita una valoración positiva de la izquierda, asimilada al progreso y a la igualdad real de todos los seres humanos, y una descalificación más o menos encubierta de la derecha, considerada como expresión política de las clases dominantes.” La tesis contraria, la mantiene Norberto Bobbio en el ya clásico Derecha e Izquierda, distinción basada fundamentalmente en la diferente actitud que asumen los hombres que viven frente al ideal de la igualdad, aunque coincide con Muñoz Alonso en la connotación positiva del término “izquierda”, y negativa del término “derecha”.

El reformismo centrista no deja de ser una “tercera vía”, aunque desde la derecha porque apuesta por el individuo antes que por el Estado, y, además, no camina al rebufo de estas nuevas corrientes, sino por delante. Partimos de que el Estado es para los individuos, no los individuos para el Estado, como ha escrito Fernando Savater. En la distribución del espectro que hace Bobbio donde ubica doctrinas y movimientos políticos, el centro reformista constituiría una quinta parte ubicada entre el centro izquierda de los partidos socialdemócratas y el centro derecha de los partidos conservadores.

En este sentido, la política de reforma tampoco puede atender tan sólo a los intereses de un sector, de un grupo, de un segmento social, económico o institucional, ya que una condición de la política de centro es el equilibrio, entendiendo por tal, moderación y atención a los intereses de todos. A los agricultores y ganaderos, a los empresarios turísticos, a los deportistas, a los funcionarios, a los pescadores, a las amas de casa, a los estudiantes, etc. Se trata de hacer y gestionar políticas contando con los intereses y necesidades de todos, especialmente con los de los que no se manifiestan, por cuanto entre ellos se encuentran posiblemente los que tienen más escasez de medios, lo que les impide hacerse oír.

“Recuperar la ciudadanía”, “democracia municipal”, “subsidiariedad”. Defendemos unos modelos de Ayuntamientos más comprometidos y fusionados con la sociedad civil, más penetrados por las organizaciones sociales que separado de las mismas, en perfecta sintonía con el denominado Tercer Sector (“encuentro” entre Administración y comunidad). La función de las Administraciones Públicas es garantizar la cohesión social, y en consecuencia, “potenciar, promover y fomentar el desarrollo de la capacidad de los ciudadanos para que éstos puedan acometer de forma autónoma y democrática el diseño de la acción colectiva, la gestión de las actividades, espacios y ámbitos necesarios para dar solución a las demandas y necesidades de la sociedad.” Abogamos por los Consejos Sectoriales y de Barrio, el Defensor municipal del común, hasta por Pedanías y Juntas municipales de Barrio, en su caso.

En definitiva, se trata de apostar por el individuo, por el impulso de la sociedad palmera. Una sociedad de bienestar, una isla sostenible y solidaria, en el marco de lo que también se ha denominado “pluralismo de bienestar (o welfare mix), en contraposición al “Estado de bienestar”, que, no obstante, fue una creación tanto de la derecha como de la izquierda, como hoy la “sociedad de bienestar” de la que también hablan los renovadores socialdemócratas de la “tercera vía” (sociedad de bienestar positivo y Estado social inversor). El Partido Popular ha venido propugnando la teoría de la sociedad de bienestar, al menos desde 1991.

Una isla sostenible y solidaria, es aquella que dispone de un sistema urbano y rural equilibrado no expoliador de los recursos naturales, que es eficaz en la gestión y uso de los recursos naturales y energéticos, buscando la reducción de emisión de contaminantes y residuos, que tiene una estructura interna equilibrada, de calidad ambiental y estética, que es justa y solidaria en la distribución de sus recursos: vivienda, equipamientos, etc., y que se desarrolla de forma respetuosa y compatible con la conservación del medio natural y de sus recursos.

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