viernes, 4 de junio de 2004

LA EDUCACIÓN UNIVERSITARIA EN LA PALMA

Laín Ruiz
Publicado en La Voz de La Palma, 28 de mayo - 4 de junio de 2004

He leído recientemente en un periódico de las islas (La Provincia, 22 de mayo de 2004) que, en breve, se creará en Lanzarote un Centro de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC) para la impartición de la diplomatura de Ciencias Económicas y Empresariales. Resulta conveniente recordar a este respecto que, en la isla conejera, se imparten también desde hace varios años otras dos diplomaturas universitarias, la de Enfermería y la de Turismo.

En La Palma llevamos años –como siempre- hablando de la posibilidad de extender la educación universitaria, ora de la Universidad de La Laguna (ULL), ora de la ULPGC, a la isla, con la creación de varios centros adscritos. Incluso durante años hubo cierta instalación supuestamente preparada para acoger los estudios de Enfermería. La lamentable realidad es que seguimos sin estudios universitarios presenciales en La Palma. Mientras tanto –y no es una crítica a Lanzarote (de cuyos éxitos no puedo más que alegrarme y felicitar a su denostada clase política)-, la isla de San Marcial del Rubicón va a disponer en poco tiempo de la tercera Escuela o Centro universitario.

En este, como en otros temas, La Palma sigue perdiendo su posición histórica. Precisamente La Palma ha ocupado históricamente un lugar destacado en la educación de Canarias: políticos e intelectuales como Faustino Méndez Cabezola, los hermanos Fernández Ferraz, Antonio Rodríguez López, Pedro J. De las Casas, A. Cabrera Pinto, los hermanos Pérez Díaz, entre otros, ocupan un lugar preeminente en la historia y en el devenir de la educación en las islas. Y como institución, el Colegio de Santa Catalina, inaugurado en 1868 (y elevado a Instituto Libre de Segunda Enseñanza, y por tanto público, un año después) compartía con el Instituto de Canarias (hoy A. Cabrera Pinto, creado en 1846) y el Colegio San Agustín de Las Palmas el haber sido los únicos centros de Canarias que impartían la enseñanza secundaria en aquellos momentos. Más tarde nacerían algunos más de carácter privado (como el de Arrecife en 1888), pero Institutos públicos solo habría en La Laguna, Las Palmas y Santa Cruz de La Palma.

Hoy, la educación universitaria en La Palma se reduce a un Centro Asociado de la UNED, con apenas proyección y pocos medios. Su extensión en Los Llanos no termina de arrancar y su oferta apenas tiene como referente las necesidades formativas de la isla, y a una denominada “Universidad Ambiental de La Palma” (una semana), pomposo título para un engendro que ni es universidad ni es ambiental.

Por tanto, La Palma hoy echa de menos aquella generación de buenos políticos e intelectuales de finales del siglo XIX y principios del XX, que mostraban una preocupación constante por la isla y por conservar su posición relevante (no fuimos considerada “isla menor” hasta el siglo XX) en el contexto del archipiélago, con una capacidad ingente de iniciativa. Quizás sólo sea porque no tenemos un periódico en la isla con la fuerza de El Día, por ejemplo, para “editorializar” insistentemente con un “Despierta La Palma”.

El sistema educativo y universitario en Canarias debe dar respuesta a las necesidades de formación y aprendizaje de toda la población. Y este objetivo ha de llevarse a cabo teniendo en cuenta el principio de equidad, indispensable para construir una sociedad de oportunidades. Nadie debe quedar discriminado en sus posibilidades de instrucción y promoción personal, por razones ajenas a sus capacidades y méritos (los mismos argumentos justifican la permanencia de las Escuelas Rurales en determinados lugares de nuestra isla).

En consecuencia, “pónganse las pilas” nuestros políticos (algunos nos gobiernan desde 1996) y exíjase la impartición de carreras de grado medio, o bien relacionadas históricamente con la isla (como Magisterio y Comercio) o bien conectadas con nuestros recursos económicos y naturales (Turismo, Ingeniería Técnica Agrícola o Forestal, Astrofísica, Enfermería,...). También sería factible la impartición del primer ciclo de titulaciones de grado superior como Derecho, verbigracia. Hasta podríamos pensar en la creación de un Colegio Universitario “Santa Catalina”, adscrito a la ULL o a la ULPGC, que acogiera esta oferta formativa.

De resto, poténciese la extensión universitaria con rigor y contribúyase a prestigiar el centro asociado de la UNED en la isla. Y, por cierto, un poquito de iniciativa y empuje, y si no lo tienen, no se presenten a las elecciones.

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