Laín Ruiz
Publicado en La Voz nº 215, 22 de octubre-4 de noviembre de 2004
El Ayuntamiento de Santa Cruz de La Palma lleva, supuestamente, mucho tiempo tramitando el expediente para la declaración de la ciudad como Patrimonio de la Humanidad. Digo supuestamente, porque este legajo es una especie de “expediente x”, tanto por el tiempo transcurrido desde sus orígenes, aún en la etapa de gobierno de los icánicos (versión eurocomunista), como porque aparece y desaparece ante la opinión pública, cual Guadiana, sin razón aparente. Lo último fue la creación de una Fundación con este objetivo, que tampoco se conoce en qué trámite procedimental se encuentra.
De todas formas, mi confianza en la eficacia de este procedimiento declarativo es prácticamente nula. No creo, de verdad, que Santa Cruz de La Palma disponga de un patrimonio histórico-artístico equiparable a las ciudades del mundo que ya han recibido esta distinción, aunque si San Cristóbal de La Laguna ha sido declarada Patrimonio de la Humanidad quizás esta pretensión tampoco sea una entelequia. No obstante, creo que, en todo caso, sería más efectivo una candidatura mixta, con la isla toda, donde se presentasen también valores paisajísticos y medioambientales para completar la candidatura palmera.
Bien, dejando a un lado la entelequia, lo que sí creo que es más factible es la declaración de las Fiestas de la Bajada de la Virgen como de “interés turístico internacional”. Aquí debe ponerse toda la “carne en el asador”. Para esta declaración sí que el Ayuntamiento tiene argumentos de relieve para defender su candidatura. Además, ha de tenerse en cuenta que las Fiestas con esta distinción ya no son sólo las Fallas, los Sanfermines, la Feria de Abril, entre otras, de primer nivel, sino que ahora Fiestas como las de Moros y Cristianos de Alcoy o Villajoyosa tienen tal consideración, incluso localidades como Caravaca de la Cruz (Murcia), para sus Fiestas de los Caballos del Vino, o Segorbe (Valencia) para sus Fiesta de entradas de Toros y Caballos, tramitan esta declaración.
Lo que parece obvio, es que las Fiestas por antonomasia de la isla de La Palma, fundadas en 1680, están muy por encima de otras que en Canarias comparten con ella la declaración de “Fiestas de interés turístico nacional” obtenida en 1965. Y la nómina es extensa: las de la Santa Cruz de la capital tinerfeña, la Romería de San Isidro Labrador de los Realejos, la Romería de San Benito Abad de La Laguna, la Fiestas de San Ginés de Arrecife, la Romería de San Agustín de Arafo y un largo etcétera. El propio Corpus Christi de la Villa de Mazo tiene esta distinción. Nuestras Fiestas Lustrales pueden presumir de grandiosidad y de ciertas peculiaridades relevantes (en conjunto con nuestro desarrollo turístico) que la hacen especialmente susceptible de contribuir a la promoción turística de España en el exterior, como exige tal declaración.
En fin, las declaraciones honoríficas de interés turístico están reguladas en una Orden Ministerial de 29 de septiembre de 1987. Esta disposición nos recuerda que la solicitud requiere la oportuna memoria explicativa e informe tanto del Ayuntamiento de la capital palmera como de la propia Comunidad Autónoma, que tiene carácter vinculante. Resolverá la Secretaría General de Turismo del hoy Ministerio de Industria, Comercio y Turismo, previa presentación de la solicitud en la Consejería de Turismo de esta Comunidad Autónoma. Lo dicho, iníciese el procedimiento.
El Ayuntamiento de Santa Cruz de La Palma lleva, supuestamente, mucho tiempo tramitando el expediente para la declaración de la ciudad como Patrimonio de la Humanidad. Digo supuestamente, porque este legajo es una especie de “expediente x”, tanto por el tiempo transcurrido desde sus orígenes, aún en la etapa de gobierno de los icánicos (versión eurocomunista), como porque aparece y desaparece ante la opinión pública, cual Guadiana, sin razón aparente. Lo último fue la creación de una Fundación con este objetivo, que tampoco se conoce en qué trámite procedimental se encuentra.
De todas formas, mi confianza en la eficacia de este procedimiento declarativo es prácticamente nula. No creo, de verdad, que Santa Cruz de La Palma disponga de un patrimonio histórico-artístico equiparable a las ciudades del mundo que ya han recibido esta distinción, aunque si San Cristóbal de La Laguna ha sido declarada Patrimonio de la Humanidad quizás esta pretensión tampoco sea una entelequia. No obstante, creo que, en todo caso, sería más efectivo una candidatura mixta, con la isla toda, donde se presentasen también valores paisajísticos y medioambientales para completar la candidatura palmera.
Bien, dejando a un lado la entelequia, lo que sí creo que es más factible es la declaración de las Fiestas de la Bajada de la Virgen como de “interés turístico internacional”. Aquí debe ponerse toda la “carne en el asador”. Para esta declaración sí que el Ayuntamiento tiene argumentos de relieve para defender su candidatura. Además, ha de tenerse en cuenta que las Fiestas con esta distinción ya no son sólo las Fallas, los Sanfermines, la Feria de Abril, entre otras, de primer nivel, sino que ahora Fiestas como las de Moros y Cristianos de Alcoy o Villajoyosa tienen tal consideración, incluso localidades como Caravaca de la Cruz (Murcia), para sus Fiestas de los Caballos del Vino, o Segorbe (Valencia) para sus Fiesta de entradas de Toros y Caballos, tramitan esta declaración.
Lo que parece obvio, es que las Fiestas por antonomasia de la isla de La Palma, fundadas en 1680, están muy por encima de otras que en Canarias comparten con ella la declaración de “Fiestas de interés turístico nacional” obtenida en 1965. Y la nómina es extensa: las de la Santa Cruz de la capital tinerfeña, la Romería de San Isidro Labrador de los Realejos, la Romería de San Benito Abad de La Laguna, la Fiestas de San Ginés de Arrecife, la Romería de San Agustín de Arafo y un largo etcétera. El propio Corpus Christi de la Villa de Mazo tiene esta distinción. Nuestras Fiestas Lustrales pueden presumir de grandiosidad y de ciertas peculiaridades relevantes (en conjunto con nuestro desarrollo turístico) que la hacen especialmente susceptible de contribuir a la promoción turística de España en el exterior, como exige tal declaración.
En fin, las declaraciones honoríficas de interés turístico están reguladas en una Orden Ministerial de 29 de septiembre de 1987. Esta disposición nos recuerda que la solicitud requiere la oportuna memoria explicativa e informe tanto del Ayuntamiento de la capital palmera como de la propia Comunidad Autónoma, que tiene carácter vinculante. Resolverá la Secretaría General de Turismo del hoy Ministerio de Industria, Comercio y Turismo, previa presentación de la solicitud en la Consejería de Turismo de esta Comunidad Autónoma. Lo dicho, iníciese el procedimiento.
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