domingo, 7 de diciembre de 2008

¿BUEN PERIODISMO?


Últimamente observamos como muchos periódicos se someten a cambios de auténtica cirugía plástica, como si las carencias de “buen periodismo” pudieran soslayarse con mejoras en el formato. Nuevos diseños, portadas atrevidas o mayores recursos visuales quizás puedan provocar interés en nuevos lectores, pero acaso el mayor cambio que estos demanden no sea ese, sino la simple recuperación de la objetividad intencional en la información, principio básico o valor límite que se obvia con demasiada frecuencia.

Tampoco contribuye a mejorar el periodismo actual, ni su imagen, las continuas promociones (lectores a golpe de cubierto y no de mejor información), ni las encuestas, una apuesta por la participación aún incipiente y un tanto frívola. Una buena señal: las noticias contadas como historias, que nos recuerdan el “nuevo periodismo” de Wolfe y compañía.

La pirámide invertida ha sido una garantía para el lector que, compelido por el tiempo a una lectura rápida, siempre lograba enterarse de lo más importante. Pero el periodismo moderno no puede anquilosarse en este esquema; en muchos supuestos, debe abrirse a una redacción más original del texto informativo, incluyendo explicaciones o documentación. Hoy, cuando un ciudadano se acerca a un periódico para leer una información, normalmente ya la conoce a través de otro medio, por lo que no tiene necesidad de que el relato le ponga rápidamente sobre sus aspectos esenciales.

La menor extensión de las crónicas y reportajes es fruto de la confusión de géneros. En tanto las noticias aparecen adulteradas por la interpretación, ahora no resulta extraño que suceda al contrario. Mientras, la sección de Opinión se llena de artículos elaborados por políticos, o por sus "negros", que, en cualquier caso, nos darán una versión ideológicamente sesgada de la realidad.

3 comentarios:

  1. El último trimestre del año 2007trajo la aparición de un nuevo periódico, El Público, y el rediseño de otras cabeceras, tanto nacionales como locales. Las ediciones impresas y digitales desbordan color y efectos visuales, en algunos casos, es un mero lavado de cara del periódico al seguir apostando por la continuidad en los contenidos. El periodista en su lícito afán de captar lectores, mediante la calidad de sus mensajes, topa con las ansias mercantilistas de la empresa. La fuerte competencia entre los medios de comunicación provoca que las empresas periodísticas apuesten por las campañas de promoción. Se busca fidelizar al lector mediante la oferta de regalos y la participación en encuestas digitales que derrochan poca imaginación.
    Los géneros periodísticos se confunden y entremezclan. Las crónicas y reportajes escasean reconvertidos en noticias. La información se tiñe de opinión porque el periodista la adjetiviza en demasía, en lugar de profundizar e interpretar la realidad. El género de opinión no sale bien parado en los diarios españoles. Donde debe primar la variedad, la crítica y el análisis sosegado aparece el formalismo y el aburrimiento. Los artículos han quedado relegados a meros voceros de las ideas partidarias y sindicales, sobre todo en la prensa regional.
    La información apenas se contextualiza. La noticia contada en forma de pirámide invertida no permite siempre traducir las claves de la realidad. La ciudadanía, más que nunca, está informada por multitud de fuentes: la radio, televisión, internet, pero al acudir a la prensa demanda un periodismo reflexivo, de análisis, que le ayude a entender el porqué y el cómo de lo que pasa. Quizá por eso se aplaude la iniciativa de algunos medios de afrontar otra manera de informar, de contar historias y de presentarlas con imaginación y frescura.

    ResponderEliminar
  2. Si con campañas y nuevos diseños, conseguimos que al menos la gente lea más periódicos, bienvenidos sean, y, de paso, nos quedamos con alguna cosilla que nos hace falta en casa, jaja. Saludos

    ResponderEliminar
  3. A mí lo que más me preocupa es cuando se da la información trufada de opinión. La opinión sesgada del medio o del periodista entra en el lector casi sin darse cuenta. A esto se llama manipular la información... práctica habitual en algunos medios regionales.

    ResponderEliminar