Francisco Martín Hernández, más conocido como Pancho o Panchito Martín (Santa Cruz de La Palma, 1933), fue la figura más destacada del baloncesto palmero durante casi tres décadas, primero como jugador y luego como entrenador y directivo.
Pancho Martín se convirtió pronto en el jugador más determinante del histórico Frente de Juventudes, el principal club palmero de los años cincuenta, que presidía su amigo Jaime García y García, cuando el baloncesto se centralizaba, después de muchos problemas con la cancha de juego, en la plaza de Santo Domingo. El Arsenal de un más talludito Elirerto Galván (también fallecido recientemente) era su principal adversario, entre otros equipos como la Peña Tajurgo , el Batallón o el Tenisca. Aquel equipo contaba, entre otros, con Idafe Santiago, Juan Hernández Chaleca, Lalo Pinto, Chachín Arozena, Manolo Cantillo, Pedro Miguel Santiago, Ernesto Zanoletty, Félix Poggio, Agustín Francisco, Blas Vandewalle o Ramón Acosta.
Todavía se recuerdan sus memorables actuaciones, con apenas 20 años, ante el Náutico y el Canarias en el verano de 1953, que concluyeron con sendas victoria de los jóvenes palmeros (35-34 y 43-33, respectivamente), o contra el Náutico, ahora mucho más bregado, en el verano de 1960, ya con 27 años, representando a una selección de la isla, con la participación del mítico Antonio Díaz-Miguel. En esta época, en la que el Frente de Juventudes seguía ganando casi todas las competiciones (final insular contra el Aridane en 1960), la plantilla había incorporado a jugadores como Juan de la Barreda oMiguel Hernández , aunque continuaban pilares como Idafe, Pedro Miguel, Chachín o Manolo Cantillo. Era la primera liga verdaderamente insular (Rápido, San Fernando, Cervantes, Jorós, Comercio y Arsenal).
Todavía se recuerdan sus memorables actuaciones, con apenas 20 años, ante el Náutico y el Canarias en el verano de 1953, que concluyeron con sendas victoria de los jóvenes palmeros (35-34 y 43-33, respectivamente), o contra el Náutico, ahora mucho más bregado, en el verano de 1960, ya con 27 años, representando a una selección de la isla, con la participación del mítico Antonio Díaz-Miguel. En esta época, en la que el Frente de Juventudes seguía ganando casi todas las competiciones (final insular contra el Aridane en 1960), la plantilla había incorporado a jugadores como Juan de la Barreda o
Finalmente, ya en la Ciudad Juvenil (que también le debe mucho), en la temporada 1964-65, Martín terminará jugando en el San Fernando, campeón tres campañas seguidas, compartiendo galones con un imberbe Julio Plata, y donde también habían recalado Manolo Duque, Roberto Arozena, Miguel Hernández o Agustín Francisco.
Pero Pancho fue quizás más importante como entrenador que como jugador. Había comenzado también en los años cincuenta, dirigiendo a los juveniles del Frente de Juventudes. Ya en la década siguiente entrena al Instituto femenino (entre 1962-1965) y al San Fernando, conjunto que jugaría la primera eliminatoria por el ascenso a Segunda División en 1966, en enfrentamiento a doble vuelta contra el Náutico B. La plantilla incluía a Julio Plata, José Emilio, Manolo Jaubert, Jorge Morera , Paco Ayudarte, Juan de la Barreda, Carlos Martín o Isidoro Ramón.
Aun así, su principal contribución al baloncesto palmero será, sin duda, el Club Baloncesto La Palma, club creado en 1967 por Martín (y varios de sus amigos), que inaugurará, con su participación en la Tercera División Nacional en la temporada 1967-68, una nueva etapa de la historia del baloncesto insular (el primer club de la isla en participar en las ligas provinciales y regionales).
Pancho Martín dirige a la escuadra palmera durante nueve de sus diez temporadas de vida; pues solo fallará en la campaña 1974-75, en la que consigue hacerse con los servicios de Moncho Monsalve como preparador, hecho que se convertiría en otro punto de inflexión del baloncesto insular. Pero Martín siempre sería mucho más que un mero entrenador en el club que presidía su amigo Manolo Pérez Cantillo, en el que figuraba como vicepresidente, además de otros amigos, o su mujer, que siempre actuó como un vocal más del club.
El C.B. La Palma jugará cuatro temporadas en categoría provincial (Tercera División, Trofeo Padre Millán) –con dos títulos de campeón (67-68 y 73-74) y otros dos de subcampeón (tres ascensos) y seis en la competición regional (Segunda División, Trofeo Gonzalo Aguirre, o Tercera a partir de la temporada 1975-76), con el campeonato de la temporada 1975-76 (y dos meritorios 4º puestos: 70-71 y 76-77).
Entre los jugadores de la primera etapa, nos acordamos, entre otros, de Julio Plata, Carlos Martín, Manolo Jaubert, José Emilio de la Cruz, Emilio y Nono Guardia, Paco Ayudarte, Tino García, Carlos Bravo, Ramón Betancor, Rosendo Carballo o Juan Antonio Bermejo.
Entre las peripecias de este equipo, sobresale, primero, su campeonato de tercera división canaria de la temporada 1973-74, en la que terminó imbatido (incluida la problemática fase de ascenso disputada en la Ciudad Juvenil contra el Náutico de Las Palmas y el Sáhara OJE de El Aaiún); pero sobre todo su inolvidable participación en la fase de ascenso a Segunda División Nacional celebrada en Valladolid la temporada 1975-76, tras conseguir el campeonato regional, superando a Claret y San Isidro, con el norteamericano David Kundla en sus filas, fichaje histórico en el baloncesto insular, propuesto por el propio Monsalve. Luego se estuvo a solo tres puntos del ascenso, tras caer 90-87 ante el Liria, y sorprender al campeón Loyola Indauchu (López Iturriaga), con una actuación espectacular de Kundla: 63 puntos.
El club desaparecería en 1977, acuciado por importantes problemas económicos, cierta desatención de las instituciones públicas y de la Federación Provincial , que presidía Víctor Floreal Concepción, y el empuje, en otra dirección, de algunos jóvenes de entonces que fundan la Asociación de Amigos del Baloncesto de La Palma (U.B. La Palma). Al tiempo, sus promotores terminarán también por alejarse del baloncesto y, entre ellos, el propio Pancho Martín, al que no veríamos cerca de una cancha de básquet durante mucho tiempo.
Conviene, por último, incorporar a este relato (ahora in memoriam) dos detallitos más. El primero: Martín también ideó en 1971 el precedente de la tradicional Competición de Verano, creando un campeonato social en el que cada jugador del C.B. La Palma formaba un equipo. El segundo: por su influencia y su ejemplo entró en este mundillo a finales de los años ochenta José Miguel García Leal, que pronto se convertiría un uno de los mejores árbitros palmeros de la historia. García Leal fue colegiado ACB durante nueve temporadas (entre 2001 y 2010), el último palmero en serlo, y estuvo en activo más de veinte años (1990-2010).
Fueron, pues, cerca de treinta años de dedicación y entrega al baloncesto insular, en primera línea de fuego, sin que pueda entenderse el básquet palmero de la época sin su contribución. Por eso, Pancho Martín ocupa un lugar preeminente en la historia de este deporte en La Palma y en Canarias. En 2017 la Sociedad "La Investigadora" se acordó de él y le organizó un justo homenaje. En 2018 fue el Ayuntamiento de Santa Cruz de La Palma el que se sumó al mismo con un reconocimiento institucional, perpetuando su recuerdo y su legado, al nominar el Anexo al pabellón Roberto Rodríguez Estrello con su nombre. D.E.P.
* Este relato reproduce en gran parte el expuesto en el homenaje que se le tributó por la Sociedad La Investigadora en 2017,
* Este relato reproduce en gran parte el expuesto en el homenaje que se le tributó por la Sociedad La Investigadora en 2017,
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