Aunque los palmeros
siempre lo han considerado uno de ellos (su familia materna es palmera, su
hermano Tato, que jugó en el Náutico, nació en La
Palma, y aquí solía pasar la familia los veranos, además de que es tío del ex
jugador de la isla José Alfredo Escobar), Cristóbal Rodríguez nació
realmente en Santa Cruz de Tenerife el día de las Nieves de 1949. Llegó
al Real Madrid tras una Operación Altura organizada por la
Federación Española, cuando jugaba en el Náutico juvenil y estudiaba en el colegio La Salle, donde había empezado a jugar al baloncesto a los 12 años. Allí le descubrió Villafranca,
que le ofreció fichar por los juveniles del club blanco. Tenía 16 años y no le
importó dejar Tenerife porque había terminado sexto de bachillerato y en Madrid
podía hacer el “Preu”. El primer año lo jugó en el Ateneo, un equipo vinculado.
Pero los problemas llegaron
al año siguiente (1966-67), cuando Pedro Ferrándiz decidió
subirle al primer equipo. “La vida me cambió completamente”, recordaría años
más tarde: los viajes, los entrenamientos, las nuevas responsabilidades
afectaron a sus estudios de medicina, carrera que había iniciado ese año.
Entonces estuvo a punto de dejar el baloncesto, pero gracias a los sabios
consejos de Raimundo Saporta y a la comprensión del propio Ferrándiz, Rodríguez
se convirtió finalmente en médico y no tuvo que dejar el el deporte de sus amores. Por
fortuna para el Real Madrid, donde desempeñó un papel destacado en las 13
temporadas que estuvo en el club.
Ganó 11 Ligas, ocho
Copas, cuatro Copas de Europa y tres Copas Intercontinentales, aportando
siempre tanto su constancia y regularidad como su capacidad de sacrificio. Y fue 59 veces internacional con la Selección Absoluta, aparte
de otras muchas con la "B" y con la júnior. En La Palma estuvo como
jugador, junto a su compañero Vicente Ramos, durante la Bajada de 1970, formando
parte de un combinado nacional e internacional que se enfrentó al C.B. La Palma.
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