La etapa más exigente de nuestro Camino, casi veintiocho kilómetros, con más
de doce por los Montes de Oca, una ruta solitaria, subiendo y bajando repechos,
entre una frondosa vegetación donde predominan el brezo, el pinar y el robledal.
Enfrentamos, en paz, la dureza del terreno y la soledad del esfuerzo. Antes, once
kilómetros que transcurren entre varios pueblos al socaire de la Sierra de la
Demanda (Tosantos, Villambistia, Espinosa del Camino y Villafranca Montes de
Oca) que hacen más llevadera la primera parte del recorrido, en especial la
fuente de cuatro caños de Villambistia, a la que la leyenda le atribuye poderes
revitalizantes si remojamos la cabeza en ella. Y así lo hicimos, y la verdad es
que fue como un soplo de aire fresco que nos invitaba a no desfallecer. Como el
agua que brindaba a los peregrinos, por la voluntad, un lugareño desempleado en
los alrededores de San Juan de Ortega.
Como la vida misma, el Camino nos ofrece momentos verdaderamente duros, que a veces, incluso, nos fuerzan a abandonar. Coelho (El Alquimista) nos diría que ese sendero (el que abandonamos) no formaba parte de nuestra leyenda personal, porque cuando se quiere algo de verdad todo el Universo conspira para que se haga realidad. Pero abandonar no es una vergüenza, ni un desdoro. En ocasiones toca poner el pie en el suelo, renunciar a una empresa, a un desafío, y volver a casa, porque la vida nos presenta muchas opciones y obstinarse en una de ellas, cuando la constatamos imposible, puede ser un error mayúsculo que dinamita otras que están por venir, aún más ilusionantes, todavía más enriquecedoras. Por eso, no temamos abandonar, renunciar cuando toca. El primer descubrimiento de Albert Espinosa (en El Mundo Amarillo) fue que las pérdidas son positivas, son ganancias, lo que hay que hacer es aprender a perder. Luego vendrán otras etapas, otros caminos, nuevas empresas, nuevos sueños... y los afrontaremos con la experiencia acumulada en la mochila, también con la de los caminos emprendidos que abortamos por higiene emocional o por agotamiento físico.
Pasamos por el conjunto cenobial de San Juan de Ortega, fundado por el
aventajado discípulo de Santo Domingo de la Calzada, y nos dirigimos por un
ramal a la salida del pueblo a Santovenia de Oca, un tranquilo caserío del que
parte una vía alternativa del Camino, menos transitada, hacia Burgos, donde mañana
termina nuestro particular recorrido. No pasaremos por Agés (apenas a 2 kilómetros
de Santovenia) ni por Atapuerca, la variante más conocida, pero así lo decidió
el destino, el propio Camino cuando lo planificamos.
Hola Juanjo... Me encanta la experiencia y como la estás transmitiendo... Entré en tu Blog y puse un" Me gusta"
ResponderEliminarMe parece tan emocionante... Qué me hubiera gustado compartirla! Bss.
Gracias por ayudar a sobrellevar el camino y a hacernos tan sugerente el Camino de Santiago. Felicidades.
ResponderEliminarHola!
ResponderEliminarEn pocas palabras te diré algo en relación a los artículos sobre el Camino. Lo que más me destaca de ellos es la narrativa de historiador que dejas, evidencia del gran conocimiento de historia que tienes y con ello regalas al que lee que se interese en tener esta experiencia donde puede disfrutar tanto de los monumentos como de un viaje lleno de aventura, amistades nuevas, caminar a fondo hacia dentro de uno mismo con silencios y tertulias improvisadas viviendo el momento, y también al que ha hecho el camino le llevas perfectamente a dónde estás en cada paso y le haces recordar su travesía con tanto detalle que haces de cada lugar... A mí particularmente se me han olvidado los nombres de tantos lugares donde he estado en mis viajes por el mundo, mi memoria fotográfica registra imágenes y mi gran sensibilidad se contagia de sentimientos en vez de los nombres exactos, esto se debe a la programación neurolingüística que cada uno tiene distinta forma de procesar la información... Bueno también aprendo nuevo vocabulario que a veces desconozco y que empleas con buen gusto y acorde con lo que narras...
Serías un buen guía turistico de la Palma y de la Península porque te gusta la historia y la narras como si hubieras vivido en esas diferentes epocas y saliera a flor de piel tu conexión con ellas... Bueno será de ahí tu gusto por las tradiciones de tu isla y darle la importancia que ellas merecen en tu corazón...
Reconozco que a mí me interesa más el futuro, me atraen sobremanera conocer a los que están más avanzados que los terrícolas, vivir un avistamiento de extraterrestres y disfrutar de un viaje espacial o ir en un nave del futuro a la velocidad de la luz , ver con mis propios ojos a esos seres luminosos que existen en otras galaxias y sentir la luz que irradian, eso me llama como la luz a la luciernaga... Te felicito por tu dedicación y esmero en compartir tus delicias narrativas con los que están en tu camino y les contagies de tus pasos por el camino y algún dia nos sorprendas con lo que te causó a ti personalmente hacer el camino y qué te dio realmente...
to be continued... abrazos
Sencillamente soberbio tu relato.
ResponderEliminarRecuerdo la reiterada aspiración de tus seguidores de para cuándo el libro de "La Posada de los Secretos".
En estos tiempos de desánimo, es un verdadero placer leer lo que escribes. Tus relatos son auténticas bocanadas de aliento, cuando el camino se pone cuesta arriba. Y tiro de tus escritos, y los releo, como hago con esos libros que me acompañan siempre, y en los cuales me sumerjo de vez en cuando.Por todo ello, mi más sincero agradecimiento.
ResponderEliminarQue dia aquel, de caminata dura ...larga y a la vez llena de señales amarillas por doquier...Dani me hizo ver que el dar es darse de uno mismo,sin esperar nada a cambio...tal vez unas palabras...tal vez un soplo de aire fresco..o quizas la lectura de un párrafo de algún libro olvidado, pero que me trae al presente ...aqui y ahora...es lo realmente importante...cogemos la mochila...volvemos al silencio...y hasta cometo la osadia de usar, sin premeditación, un término " a pesar de" que trae una inesperada discusión ...todo queda en un malentendido con abrazo final de aquellos que se quieren por encima de todo
ResponderEliminarun beso
" Las pérdidas son ganancias". El problema es que no queremos perder, por comodidad, por costumbre, pero sobre todo por miedo a quedarnos solos. Ese miedo, es capaz de no dejarnos elegir otros senderos e incluso abandonar el camino, por no tener la seguridad de encontrar otros " peregrinos". El camino es tan largo, tan diferente para todos, pero merece la pena hacerlo, sin perder la ruta, pero con la idea de que podemos dejar muchos senderos en el camino y eso no nos va a impedir seguir caminando.
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