Bertrand Russell define al entusiasmo como el rasgo más universal y distintivo de las
personas felices. Y no me sorprende. A mi juicio, el entusiasmo es una
disposición de ánimo que es la madre de todas las batallas, batallas
emocionales, claro. Por lo mismo, su falta es la razón de tantas y tantas
frustraciones. En realidad, si no queremos limitarnos a sobrevivir, necesitamos
de alguna manera engancharnos a una pasión,
es decir, entusiasmarnos, en la medida de lo posible, con algo o con alguien.
Un trabajo, una afición, una dedicación altruista, un deporte, un amor...
Para Paulo Coelho el entusiasmo es un lenguaje que todos comprenden, porque es el lenguaje
de las cosas hechas con amor y con voluntad, en busca de aquello que se desea o
en lo que se cree. El entusiasmo es, por lo tanto, todo lo contrario del
desaliento y la tibieza, esto es, el revés, la "cara b" del desánimo
y la apatía. El entusiasmo habita en
territorio encantado, es pura alquimia: refuerza los cimientos de nuestro tesón
y carga el depósito de nuestra alegría.
Además, el entusiasmo es una disposición de ánimo, una animosidad contagiosa,
que se propaga sin vocearse, que conmueve por simpatía y que agita conciencias.
Por eso muchos poderes públicos y fácticos prefieren una sociedad sin
entusiasmo, porque una sociedad adormecida, inapetente, es difícil que se
exalte, que se encienda. Pero el entusiasmo no deja de ser un estado de
excitación un tanto particular, porque yo creo que ese fervor, ese ánimo
exaltado no es colectivo, al menos en origen. El entusiasmo nos pertenece a
cada uno, aunque luego ese sentimiento embriague a otros, los ilusione, y estos
acaben por compartir contigo la misma dicha, el mismo propósito.
Tampoco podemos perseguir nuestros sueños, perseverar en nuestros afanes, sin el debido entusiasmo. Sueños y entusiasmo
caminan de la mano, se requieren mutuamente. Mas un entusiasta no es un
fanático o un impulsivo, un entusiasta
es más bien una persona apasionada por lo hace o por lo que crea, por lo que
ofrece a los demás o por lo que comparte con sus amigos o sus amores. A una
persona entusiasmada la detectamos con
facilidad; la advertimos, por ejemplo, en la ternura que acompaña a todas sus
acciones, porque la ternura tiene mucho de preocupación por el otro, de
empatizar con él, de escucha activa y asertividad, aunque no lo parezca. Por
eso el entusiasmo es un buen termómetro del amor. En función del entusiasmo que
nos genere la pareja, del número y calidad de las cosas que queremos compartir
con ella, mayor será el amor y mayores la posibilidades de éxito y felicidad.
Por el contrario, su falta -para qué engañarnos-, marcará inevitablemente el
ocaso de la relación, el punto de inflexión de su declive.
Entusiasmado, estar inspirado por los dioses, pirrado, chiflado por algo o por al alguien, cada uno experimenta este estado de ánimo no siempre coincidiendo el motivo. Que más da lo que te lo produce! Lo importante es sentirlo. Yo cambiaría la tan manida "indignados" por la de "entusiasmados". Que es lo que entusiasma en tu vida? A mi la propia vida.
ResponderEliminarQue bueno q vuelvas a escribir cosas así...
ResponderEliminarHas dado en la diana... Fantástica explicación del entusiasmo... pura alquimia de los guerreros de luz. Comparto amigo...
ResponderEliminarComparto plenamente "EL ENTUSIASMO". Es un razón para cualquier meta que nos tracemos en la vida. Gracias Juan José por hacerme ver esta vivencia positiva.
ResponderEliminarEspero que sigas entusiasmado para que sigas escribiendo cosas como esta y que sigas compartiendo saludos j.j
ResponderEliminarMas un entusiasta no es un impulsivo, un entusiasta es más bien una persona que lo hace por lo que crea, por lo que ofrece a los demás comparte con sus amigos o sus amores.
ResponderEliminarEstoy de acuerdo con la definición de Bertrand Russell sobre el entusiasmo como el rasgo más universal y distintivo de las personas felices.
ResponderEliminarSi reflexionamos sobre cuando estamos felices llegamos a la conclusión que esa energía sale del interior del interior de cada uno, porque aquella que creemos que nos brinda lo exterior es efímera, superficial y discontinua. .
El entusiasmo que perdura en el día a día surge de la Alegría de estar aquí y ahora y la Gratitud hacia la Vida para sentir y expresar la magia que habita en cada uno y los demás son la oportunidad de conocer nuestras sombras, nuestros tesoros, quiénes somos.
Sueños y entusiasmo van de la mano, por eso dejar de soñar es dejar de ser niño y por lo tanto muere el entusiasmo.
Si no estamos entusiasmados con la vida, con lo que somos, con lo que damos, con el misterio del mañana nadie podrá entusiasmarnos....
Muchas gracias JJ por compartir lo que no pudiste dejar en tu pensar ni de tu latir...
Un abrazo de Gran Canaria...jajajjajajja
Sueños y entusiasmo caminan de la mano, así es, si dejamos de soñar dejamos de ser niños y entonces el entusiasmo también muere.
Si no tenemos entusiasmo vamos por la vida en modo automático, perdiéndonos tantas y tantas cosas maravillosas......todo lo que escribes llega al alma.........gracias por compartirlo....un saludo.
ResponderEliminarEstoy entusiasmada con tu nuevo libro ..La Posada de los secretos !!! Suerte ..un saludo :D
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