Los primeros árbitros del baloncesto palmero
(y por ende, del baloncesto canario) fueron dos de sus principales precursores:
Alfredo Díaz Moreno y Miguel Bethencourt Arrocha. Ambos, en
especial el primero, dirigieron los partidos del primer campeonato “oficial”
que se celebró en la isla, entre enero y marzo de 1934. Miguel Bethencourt
habría arbitrado, además, el 30 de octubre de 1933 el primer encuentro de
baloncesto en la isla, de carácter amistoso, por lo que se le suele considerar
el primer árbitro de baloncesto de Canarias, aunque, a nuestro juicio, sería
injusto que no compartiera dicho honor con el referido Díaz Moreno. Por cierto,
en aquellos partidos de entonces actuaba un solo colegiado (y así fue durante
muchos años), pese a que el reglamento internacional ya preveía un árbitro y un
auxiliar.
Durante las siguientes competiciones que se
suceden a lo largo del periodo republicano se incorporan nuevos colegiados como
García Checa, Ceciliano Cabezola o Domingo
Cruz, y en 1935 se convocan los primeros exámenes para árbitros de basket-ball. Tras el paréntesis de la
Guerra Civil (que en el baloncesto palmero fue breve), los árbitros más activos
son entonces Ángel de las Casas Cabezas,
Gonzalo Castro Santos y el ya citado
Ceciliano Cabezola. El colegio de árbitros se reorganiza a finales de de los
años cuarenta, nombrando presidente a Alfredo
Pérez Díaz, con quien colabora el propio Miguel Bethencourt.
Los años cincuenta son cosa de Domingo Martín Lorenzo, Ramón Ramos Pérez, Celestino Concepción, Gabriel
Gómez Forns y del propio Alfredo Pérez Díaz. Ramón Ramos, que había sido jugador del histórico Canarias de Madrid, pasa a presidir el
colegio de árbitros a principios de los años sesenta y, durante gran parte de
esa década, es el árbitro más activo, multiplicándose por doquier, a falta de "trencillas", junto
a Luis Henríquez Pestana. No será
hasta 1965 cuando los partidos comiencen a dirigirse por dos árbitros, aunque en la península ya se hacía desde 1947. Precisamente Luis Henríquez Pestana
y Juan de la Barreda Pérez, este uno
de los mejores jugadores de la época, son los primeros colegiados palmeros en
dirigir en Tercera División Nacional, puesto que conforman la pareja de
árbitros habitual en los encuentros como local del C.B. La Palma en su
estreno oficial en la temporada 1967-68.
En 1969 se celebra un cursillo de arbitraje
en Santa Cruz de La Palma (que se repite en 1970, en este caso también en Los
Llanos de Aridane) que permite restablecer la delegación insular del colegio de
árbitros tinerfeño. Se trata además de la temporada en la que se inicia en este menester Pedro Hernández Cabrera, luego uno de los mejores árbitros del
baloncesto FIBA. En aquellos cursillos se forman los colegiados más destacados de
las temporadas venideras: Isidoro Ramón Acosta
(el primer árbitro palmero en dirigir en la entonces Segunda División Nacional),
Ramón Pérez Frías, Pedro García Arribas, José Luis Martín, Jorge Morera Guanche, Carlos
Tena Castellano o Carlos Martín
Herrera. Hernández Cabrera “pita” en Primera División desde la temporada
1972-73, con apenas 19 años, y en la temporada siguiente se inicia en el "oficio" el saucero Ángel Recuenco
Rodríguez, que también sería internacional y arbitraría 17 años en la
máxima categoría del baloncesto español. José
Manuel Cabrera Matos se convierte en presidente de la delegación palmera
del colegio de árbitros en 1974 y sobre 1975 se incorporan como árbitros de
Tercera División Eduardo Brito y Antonio (Toni) Hernández, los últimos nombres de este somero repaso por los principales árbitros de la historia de nuestro baloncesto.
* Fotos (de arriba a abajo): Alfredo Díaz Moreno, Miguel Bethencourt Arrocha, Gabriel Gómez Forns, Isidoro Ramón Acosta, Pedro Hernández Cabrera, Carlos Tena Castellano, José Manuel Cabrera Matos y Ángel Recuenco Rodríguez.
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