martes, 5 de enero de 1988

LA JUVENTUD ESTÁ VERDADERAMENTE DESILUSIONADA

J.J. Rodríguez-Lewis*
Publicado en Diario de Avisos, 5 de enero de 1988

Hace pocas semanas, en un semanario de difusión nacional, Miguel Delibes (autor de “El camino” y “Los santos inocentes”) se manifestaba de la siguiente manera a propósito de la juventud: “Tendremos que buscar un mundo nuevo. Un mundo donde la juventud tenga acomodo y recupere las ilusiones”.

Es de dominio público que la lacra del paro constituye la razón fundamental de esta desilusión congénita y generacional. No obstante, ésta no es la única razón. La falta de una adecuada visión de nuestra idiosincrasia, la carencia de una voluntad real de entender nuestra problemática y la permanente insistencia en encauzar nuestras inquietudes, en vez de fomentarlas, se convierten, sin duda alguna, en auténticas causas de peso de que la juventud –desmotivada- renuncie, con pena y desgraciadamente, a coparticipar más activamente en la sociedad actual.

El hecho de que la juventud quiere participar, coadyuvar al desarrollo cultural, deportivo y social de nuestros pueblos y ciudades, es innegable. Ahí están, por ejemplo, la Exposición de Pintura y Escultura que organizaron el verano pasado estudiantes palmeros de Bellas Artes de las Facultades de Sevilla y La Laguna, o las constantes celebraciones de los “Días del Baloncesto” que coordina la Asociación Juvenil Taburiente, o el trabajo constante de concienciación que está llevando a cabo el colectivo “La Vereda” en atención al turismo. Es obvio, por consiguiente, que la juventud palmera no está muerta. Lo más, agoniza

El motivo es evidente. A su alrededor se divisa un panorama desalentador. Veamos: inexistencia total y absoluta de Casas de Juventud; existencia de tres centros de información juvenil (Los Llanos, Garafía y Los Sauces) que parecen no funcionar y, lo que es peor, aún no se sabe perfectamente cuáles son sus misiones; desarrollo irregular de las competiciones deportivas de base en el ámbito federativo (sólo el fútbol funciona con aparente normalidad); foros inutilizados o utilizados mínimamente (Teatro Circo de Marte, Teatro Chico, La Cosmológica, Paraninfo del Instituto Alonso Pérez Díaz); ausencia de Consejos Municipales de la Juventud y existencia de un Consejo Insular poco operativo y muy determinado ideológicamente (de un presupuesto de dos millones de pesetas, sólo dedica treinta mil a actividades deportivas); un único pabellón cubierto y a cinco kilómetros del núcleo urbano más cercano; un asociacionismo juvenil que languidece por obra y gracia de la falta de medios económicos; y como no, un callejón del “Rieguito” más famoso que la Competición de Verano. Y, mientras tanto, dos jóvenes palmeros se tiran los trastos a la cabeza: Ramón Ramos, secretario general de las JJ.SS. en Canarias, y Jaime Sicilia, Director General de la Juventud. Está claro, no tenemos remedio.


* Director del Boletín juvenil "Alternativa Joven"

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