El partido judicial de Los Llanos de Aridane es otro producto de la
Ley de Reorganización Administrativa y Representación en Cortes de las Islas
Canarias de 1912, más conocida como Ley
de Cabildos, que probablemente haya sido la norma de rango legal más
beneficiosa para la isla de La Palma de las que se han promulgado hasta ahora.
No me detendré aquí a exponer la contribución de Pedro Pérez Díaz a la misma,
ya largamente explicitada en otros artículos y, en especial, en la monografía
Pedro Pérez Díaz y los cabildos insulares, publicada recientemente
por el Cabildo Insular de La Palma, pero tampoco puedo obviarlo si de la creación
del partido judicial de Los Llanos se trata.
Pese a que la
creación de un Juzgado en Los Llanos era una necesidad largamente demandada por
el paisanaje de la banda oeste de la
isla, por lo menos desde la segunda mitad del siglo XIX, no es hasta 1909
cuando la misma logra incorporarse a un documento de cierta envergadura que se
presenta ante presidente del Gobierno de la nación. Será Pedro Pérez Díaz
quién, sin consultar a nadie, aprovechando su labor de redactor del
cuestionario sobre Canarias que el presidente Moret había solicitado a la
comisión que los tinerfeños habían constituido en Madrid para abogar por la
unidad provincial, inserte esta petición en el documento que preparaba, por
parecerle de justicia estricta, dado el conocimiento que tenía de nuestra isla.
Sus compañeros de comisión, por cierto, no dudaron en aprobarla.
En sus
razonamientos, Pérez Díaz se preguntaba si había algún palmense que pudiera negar la imperiosa necesidad de crear en la
ciudad de Los Llanos un Juzgado de 1ª Instancia que atendiera las exigencias
judiciales del occidente de la isla de La Palma. Alegaba que la isla tenía casi
42.000 habitantes y de hecho más de 50.000 y que, recientemente, se había
creado un partido judicial en Granadilla para 20.000 almas y estaba en
tramitación otro en Fuerteventura, a pesar de que esta isla contaba con un muy
inferior número de habitantes. Argumentaba el ilustre letrado que era notorio
que el occidente de la isla no tenía carretera y que los habitantes de los
pueblos más alejados perdían mucho tiempo y dinero cuando tenían que prestar
declaración ante el Juzgado de Santa Cruz de La Palma. Además, la creación de
este partido judicial tenía, a su juicio, aún mayor trascendencia. Si las
Cortes aceptaban el principio que defendía la comisión en el cuestionario de
que a cada partido judicial le correspondería un diputado, La Palma tendría entonces
dos diputados, con lo cual ganarían mucho sus intereses (carreteras de la zona,
puerto de Tazacorte, etc.). Para el mazuco la demarcación del nuevo partido
judicial era muy fácil de establecer, puesto que sería la serranía de la cumbre de Norte a Sur y de Este a Oeste la que
dividiría las respectivas jurisdicciones. Este parecer lo explicitó luego Pérez
Díaz en su "Manifiesto a los habitantes de la Isla de La Palma", que
publicaría el periódico republicano Germinal el 27 de diciembre de 1909.
La pretensión pasó
entonces como en una especie de apéndice, sin aprobar todavía, a la ponencia que
elaboró el mismo para su discusión en la Asamblea de La Palma, convocada para
el 6 de noviembre de 1910, y luego reproducida en su opúsculo El problema
canario (1910), en donde defendía la demanda con parecidos argumentos.
Añadía el oficial letrado del Consejo de Estado que la parte occidental de la
isla contaba ya con más de 12.000 habitantes, número que apenas alcanzaba
Fuerteventura y más de los que comprendía la demarcación del partido judicial
de Granadilla. Además, Los Llanos, que habría de ser capital del nuevo partido,
tenía en aquellos momentos una población incluso superior a la de Santa Cruz de
La Palma. Su moción incluía declarar de ascenso el Juzgado de la capital y de
entrada o de ingreso el de Los Llanos, así como el sueldo de los escribanos. Luego
se manifestarían en este sentido los informes remitidos al Gobierno por los
Ayuntamientos de Santa Cruz de La Palma y de Los Llanos, con motivo de la
información pública abierta por Real Orden de 16 de abril de 1910.
Ya inaugurada la
importante Asamblea palmera del 6 de noviembre de 1910, su correligionario y
compañero de Ponencia Hermenegildo Rodríguez Méndez, resumiendo la labor de
esta, explica la inclusión en ella, aún sin acuerdo, de un Juzgado de 1ª
instancia para Los Llanos. Pero es su también amigo y correligionario Luis
Felipe Gómez Wangüemert, natural de Los Llanos, quién propone que se someta a
deliberación de la Asamblea la creación de este Juzgado, que apoya el
vicepresidente del cónclave, José Kábana. La petición sería finalmente aprobada
por la Asamblea por unanimidad.
El Juzgado de 1ª
instancia para Los Llanos no aparece en el proyecto de Ley de Organización
Administrativa y Representación en Cortes de las Islas Canarias que se presenta
en el Congreso de los Diputados el 8 de mayo de 1911, como ninguna otra de las
reivindicaciones de la isla de La Palma, ni tan siquiera los cabildos insulares.
En realidad, estas asoman en el primer dictamen de la comisión parlamentaria de
10 de junio de 1911, tras la información evacuada por esta en la que intervinieron
por La Palma los hermanos Pérez Díaz (Pedro y Alonso), Julián Van Baumberghem, y los delegados
"pactistas" Miguel Carballo de las Casas y Camilo Hernández Lecuona, destacando
especialmente el discurso de Pedro Pérez Díaz (que informó en dos ocasiones),
que fue, a juicio de Morote, el origen de las "tres cuartas partes, por lo
menos, del dictamen en el sentido de la autonomía, de establecer el cabildo
insular". El Juzgado llanense ya no se movería del texto hasta su
aprobación como Ley de 11 de julio de 1912.
Su amigo Luis
Felipe Gómez Wangüemert reconocía en sendos artículos que nadie se había
opuesto a la petición solicitando el establecimiento del Juzgado, formulada en
el seno de la ponencia de la junta organizadora de la Asamblea, y antes en el
de la comisión tinerfeña en Madrid y en su elocuente discurso brindis de La
Laguna, por el ilustre hijo de La Palma don Pedro Pérez Díaz y que más que
ningún otro contribuyó con su palabra, con su pluma y con su cariño al terruño,
a crear el distrito electoral de Los Llanos, de un pueblo que pagó el beneficio
recibido combatiéndole sin tregua. ¡Qué pocos fueron los agradecidos!, clamaba
el prócer llanense. Cien años después tenemos la oportunidad de reparar el
agravio.
* Publicado también con antelación en www.lapalmaahora.com
Buen artículo el del partido judicial de Los Llanos...
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